Felicidad absoluta
Enviado por Luciana Schiavoni • 12 de Marzo de 2019 • Ensayo • 716 Palabras (3 Páginas) • 210 Visitas
Felicidad absoluta.
La esencia de la Filosofía consiste en conocer el objeto final de la vida y de las acciones humanas, en determinar la cosa en que consiste el bien del hombre y que constituye su felicidad. Prescindiendo de la felicidad perfecta y absoluta, cuando alguien busca el significado de esta palabra, ya sea en internet o en los diccionarios aparece uno muy básico que dice: “Estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno”. Pero ¿es ese realmente el significado de la felicidad? ¿Somos los seres humanos realmente felices? ¿Realmente se llega a ser completamente feliz? ¿Existe la felicidad absoluta? Son de las grandes preguntas que se escuchan o se plantean a la hora de hablar de la felicidad. Para algunos es solo un momento, para otros una emoción, para los escépticos no existe tal concepto, y podríamos seguir categorizando, ya que, no hay una definición exacta para esta palabra porque cada quien tiene su punto de vista, y cada quien la siente en situaciones o momentos distintos a lo largo de nuestra vida. Yo opino que la felicidad depende de las personas en particular, y que cada quien tiene su concepto pre establecido, que a medida que vivencia y experimenta situaciones puede ir formándolo. Por eso, la felicidad se alcanza cuando se logra el placer personal de uno mismo.
John Stuart Mill decía que la felicidad se entiende como “placer y ausencia de dolor” y por infelicidad “dolor y falta de placer”. Y con placer se refiere a todo tipo de sensaciones agradables tanto físicas como mentales asociadas al pensamiento, pero aun así, que no son todos iguales. Su maestro, Jeremy Betham, propuso que los placeres más valiosos son los: intensos, duraderos, los alcanzables, cercanos, los que conducen a otros, los más puros sin dolores y los que pueden ser disfrutados por la mayor cantidad de personas posibles. A lo que Mill agrega también, aquellos que son más elevados y de mejor calidad, es decir, no solo serían más estables, duraderos, seguros, cuantitativamente valiosos, sino que también serían mejores cualitativamente. Afirma que la felicidad no es algo abstracto e inalcanzable, ya que mucha de las acciones que realizamos nos genera placer y eso no, por consecuente, felicidad; no es uno de los fines de la conducta humana, sino lo único deseable como fin en sí mismo: todas las demás cosas son medios para alcanzarla.
Entonces, el resultado que debemos de buscar en la utilidad de nuestras acciones cotidianas es la felicidad, porque es el único bien en sí. Hay que lograr la mayor felicidad para el mayor número de personas, es decir, nuestro actuar involucra, de alguna manera, a otros, y cuando yo hago influyo en la conducta del otro, y por ende, su felicidad es tan importante como la mía.
Sin embargo, esto no evita que a veces dudemos si nuestras acciones son morales, por eso se deben calcular las consecuencias buenas y malas que resultarán de esta acción; si lo bueno supera lo malo, entonces nos encontramos frente a una acción moral. Pero ¿cómo hago este cálculo si sucede que la felicidad no es igual para mí que para el resto? Bueno, no se trata de contribuir a la felicidad de cada uno, no tengo que estar atento de la felicidad en sí de cada uno, sino que debo asegurarme de no intervenir en la libertad de los demás. Lo útil, en este cálculo, pasaría a ser lo que brinda mayor libertad al mayor número de personas.
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