Fenomenología de Husserl y la Psicología

La fenomenología de Husserl y sus aportes a la Psicología

Andrea Tedaldi HPS-203-00058V Sección ED02D0V

     A través de los siglos, los miles de autores y diversas corrientes filosóficas, la filosofía ha tenido por objeto el conocimiento; admirar, desmenuzar, descubrir, cuestionar o llegar al conocimiento verdadero. Con el surgimiento de otras ciencias exactas, la filosofía también ha luchado por mantenerse a la par de otras ciencias, y Husserl, a través de su fenomenología filosófica, propuso una solución, oponiéndose a las teorías relativistas de la época. En este artículo se tratarán los aspectos básicos de la fenomenología de Husserl y cómo ésta se ha involucrado en el desarrollo de la Psicología.

     Si partimos del sentido etimológico de fenomenología, siendo “fenómeno”, aquello que se muestra, y “logos”, estudio, la fenomenología puede ser considerada como el estudio de lo que se muestra, aunque este concepto solo deja ver la superficie de lo que es la fenomenología de Husserl, quien se refiere a ella, en Ideas Relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica (1913) como “una ciencia de esencias”.

     Es por esto que, la esencia de las cosas es, en efecto, a lo que la fenomenología quiere llegar, y en lo que basa el conocimiento que puede ser adquirido por medio de investigaciones fenomenológicas. Husserl aclara en La Idea de la Fenomenología (1907) “el conocimiento, por esencia, es conocimiento de un objeto, y lo es merced al sentido que le es inmanente, con el cual se refiere a un objeto”.

     Esta fenomenología como protagonista y herramienta principal a la consciencia. Se destaca primero que la conciencia siempre es conciencia de algo, principio al cual Husserl en Investigaciones Lógicas (1900) denomina intencionalidad. En Ideas Relativas a una Fenomenología Pura y una Filosofía Fenomenológica (1913) Husserl comenta sobre la intencionalidad de la conciencia que “tener sentido o "tener en la mente” algo es de carácter  fundamental de toda conciencia, la cual, gracias a él, no se limita a ser en general una vivencia, sino que es una vivencia que tiene sentido, una vivencia "noética"”.

     Lo que lleva a los conceptos de noesis y noema, desarrollados en esa misma obra. Noesis siendo el acto de pensar, y noema aquello pensado o de lo que se piensa, Husserl acota en 1913 sobre éste último, que el contenido noético comprende una multiplicidad de datos comprobables en una intuición realmente pura.

     Para llegar al conocimiento verdadero, se debe hacer uso de una epojé, o reducción, suspendiendo las creencias para solo ver lo que es. Husserl se refiere, en 1936, a “una epojé de toda ejecución concomitante de los conocimientos de las ciencias objetivas, epojé de toda toma de posición crítica, interesada en su verdad o falsedad, aun de su idea conductora de un conocimiento objetivo del mundo”, entendiéndose así que este estado de reducción permitirá al filósofo poner en pausa sus juicios y criterios.

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