Filosofía De Lo Mexicano

Filosofía de lo mexicano

El pensador Samuel Ramos escribe en su El perfil del hombre y la cultura en México: “No nos tocó venir al mundo aislados de la civilización que, sin ser obra nuestra, se nos impuso, no por un azar sino por tener con ella una filiación espiritual”. De entrada, podemos advertir que la tesis sitúa la identidad del mexicano en un escenario que está más allá de su voluntad. En esta idea de imposición, Ramos nos ofrece una posible respuesta y explicación al sentido de inferioridad y autodenigración que nos corresponde como mexicanos: nos medimos con la vara de los europeos. Lejos de participar en los modelos de cultura ya avanzados, simulamos o parecemos simular que nuestra identidad debe ser calculada con los parámetros de una identidad europea. Es decir, estamos más bien ante una mala calibración, no podemos establecer una comparación sana entre los modelos de vida y cultura del mexicano porque éstos han sido europizados. En otras palabras: la independización de nuestro país puede ser considerado una ilusión. Colectivamente seguimos aplicando criterios de referencia que se alimentan de Europa. Esto está conectado, en la actualidad, con los estudios de filósofos de la Filosofía de la Liberación. Autores como Enrique Dussel ofrecen una nueva visión refrescante: romper esa colonización cultural, mediante el autoanálisis y la autocrítica, para aventajarse a la hegemonía europea.

No es de extrañarse, pues, que en la construcción de una Ética de la Liberación de América Latina se hallen los nombres de estos dos teóricos entre otros que no cejaron en sus investigaciones y sus aportaciones, entre ellos, políticos, intelectuales, escritores, luchadores sociales, teólogos, periodistas, maestros, etcétera. Aquí una breve lista: Leopoldo Zea, Arturo Andrés Roig, Fals Bolda, Víctor Raúl Haya de la Torre, Paulo Freire, José Gaos, José Carlos Mariátegui, Gustavo Gutiérrez, Enrique Dussel, Samuel Ramos, entre otros.

Este libro de Ramos resulta un importante documento filosófico. De entrada, su tesis está respaldada por el psicoanálisis. Hay que recordar que estamos ante una obra publicada en 1934, así que el sesgo de actualidad de su momento estaba dotado con la más imponente y renovadora práctica de prácticas terapéuticas. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que este autor mexicano introdujo el psicoanálisis a nuestro país con esta importante reflexión. Y es que su libro tiene implicaciones y conceptos manejados en el psicoanálisis.

Primero, dice Ramos que la identidad del mexicano no está domeñada por su voluntad, sino por un fenómeno que está más allá de él, es decir, el inconsciente, los accidentes de la Historia. El manejo de este concepto resulta refrescante, innovador, un adelanto cultural que inspirará a generaciones más adelante.

Segundo, el autor nos dice que los mexicanos entienden su vacío, en términos

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