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Form,acion De Un Ingeneiro


Enviado por   •  19 de Junio de 2012  •  6.713 Palabras (27 Páginas)  •  659 Visitas

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FORMACION DEL INGENIERO.

En la actualida vivimos en un mundo donde las mejores oportunidades se precentan para las personas que estan mejor preparadas y que son mas capaces de de afrontar y resolver los problemas que hoy en dia se precentan.

En este ensayo nos enfocaremos especificamente a lo referente a la carrera de ingenieria y a su formacion profecional asi como la infuencia de las instituciones en la preparacion de cada uno de los ingenieros en mexico.

Aremos alusión a la formacion etica de cada individuo que lleva un titulo de ingeniero en los diferentes campos posibles que se puedan dar en nuestro pais.

La moral y la ètica esta en la esencia misma del saber y hacer del ingeniero. La ètica de un ingeniero, no puede tratarse de un conjunto de normas o valores concretos que se aplican mecànicamente a situaciones problemàticas, ni pretende inculcar un determinado conjunto de creencias; al contrario ayuda a incrementar la habilidad para reflexionar criticamente sobre aspectos morales , asi como el desarrollo de la misma.

La dimensiòn artistica de un ingeniero, como ser pragmàtico y al mismo tiempo visionario, lo hace capaz de aunar lo ùtil con lo estètico, reflejandolo en su trabajo.

El ingeniero, posee una cultura tecnòlogica que asume mayor importancia por sus funciones como encargado de la aplicaciòn pràctica de sus conocimientos, incluso hasta el desarrollo de la tecnologia, por medio estrategias y politicas.

Cuando el ingeniero, ayuda a recuperar la importancia del arte, la ciencia y la tecnologia, pilares de nuestra cultura, esta expresàndolos de manera racional y cocreta, coadyuvando asi, a la continua evoluciòn de nuestra civilizaciòn, utilizando para ello de manera personal su ètica y moral.

PROYECCIÓN FORMATIVA DEL INGENIERO

LA INSERCIÓN SOCIAL, LA PRODUCTIVIDAD Y EL EMPLEO DE LOS JÓVENES

Conferencia Internacional del Trabajo, 88, Ginebra, 2000.La formación para el empleo: la inserción social, la productividad y el empleo de los jóvenes. Ginebra : OIT, 2000. 74 p. (Informe V) (Publicado en español, inglés y francés).

El desarrollo de los recursos humanos y la formación para el empleo son una ayuda importante para los hombres y mujeres concretos, que pueden mantener así su empleabilidad y adaptabilidad en un mercado de trabajo en continua evolución por influencia de la mundialización, del cambio tecnológico y de los nuevos modos de organizar el trabajo. La educación y formación iniciales ponen el fundamento de su empleabilidad personal, al tiempo que la formación continua y la enseñanza permanente les dan los medios para mantenerla a lo largo de su vida laboral.

El desarrollo de los recursos humanos y la formación para el empleo mejoran sus posibilidades de encontrar y mantener un empleo; mejoran su productividad en el trabajo y su capacidad de obtener ingresos, elevan su nivel de vida y amplían sus posibilidades y oportunidades de carrera. Desarrollando la capacidad de los trabajadores para la prosecución de sus intereses colectivos e individuales, la educación y la formación fomentan un entorno favorable a la democracia económica y política.

Constituyen además un instrumento adecuado para el desarrollo de las nuevas capacitaciones, competencias y actitudes sociales, así como de la tolerancia y de la solidaridad que tan necesarias son para la participación económica, social y política en un mundo cada vez más integrado y sometido a continua evolución. Estas capacitaciones comprenden un buen conocimiento de las lenguas extranjeras, así como la capacidad de entenderse y de comunicar con gentes de diversas culturas y credos. Por último, la educación y la formación son indispensables a las personas que han de vivir en una sociedad que se basa en el conocimiento, las comunicaciones y la tecnología.

Las empresas pueden también obtener beneficios de la educación y de la formación, porque mejoran la productividad y aumentan los ingresos de los trabajadores. Para que las empresas puedan acrecentar la calidad de sus productos y servicios tienen que disponer de unos trabajadores dotados de una base educativa y formativa sólida: sólo así conseguirán ser competitivas en los mercados mundiales.

Como las personas individuales y las empresas, la economía y la sociedad en general se benefician también del desarrollo de los recursos humanos y de la formación. Utilizando mejor el potencial humano, la economía se hace más productiva, innovadora y competitiva. La formación puede contribuir a eliminar desajustes de las capacitaciones por sectores, regiones y ocupaciones. En los países industriales o en rápido proceso de industrialización, las inversiones masivas en educación y formación han generado importantes aumentos de productividad, un rápido crecimiento económico y toda una serie de progresos sociales.

La promoción de la justicia social y de la igualdad de trato en el empleo constituye otro objetivo importante del desarrollo de los recursos humanos y de la formación. La educación y la formación tienen un importante cometido que desempeñar para el fomento de la integración del mercado de trabajo y la inserción de los grupos de población susceptibles de discriminación: por ejemplo, las mujeres, los jóvenes, los trabajadores mayores y los grupos desfavorecidos (como las personas con discapacidad, las minorías étnicas y los migrantes).

Así pues, el desarrollo de los recursos humanos y la formación pueden contribuir mucho a promover los intereses de los individuos, de las empresas y de la economía y la sociedad. Pero, la educación y la formación no pueden por sí mismas solucionar los problemas del desempleo y del subempleo, como tampoco los derivados de la pobreza y de la exclusión social. Para ser eficaces, han de ser parte integrante de las políticas económicas y sociales, comprendidas las políticas macroeconómicas que fomentan el crecimiento económico equitativo y con alto coeficiente de empleos, y el progreso social.

El documento destaca que la educación y formación profesional suele dirigirse a los jóvenes entre los 16 y los 24 años, y tiene que hacer frente a los complejos problemas de la formación de los jóvenes. La formación profesional patrocinada por las instituciones públicas de muchos países de América Latina ofrece ejemplos de educación y formación profesional para los jóvenes. Chile ha sido uno de los pioneros de la reciente tendencia a la privatización y descentralización de los programas oficiales de formación.

El estancamiento del empleo del sector formal ha conducido a un apoyo generalizado (tanto por parte de los gobiernos como de las organizaciones no gubernamentales) a los programas que promueven el empleo por cuenta propia en el sector informal, y que se

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