Griega modelo de la religión

Los dioses de las religiones politeístas tienen cada uno una esfera de influencia. El devoto ni escoge ni prefiere, le guarda respeto a todos por igual. Despreciar a un Dios es rechazar un campo de la experiencia humana.

De los dioses griegos celestes que describe Homero eran hermanos o hijos de Zeus. Junto a ellos había innumerables figuras menores. En el Hades reinaban los Dioses terrestres que representaban la muerte y las fuerzas subterráneas. Todos eran humanoides (nacimiento, sexo // no comer, envejecer ni morir).

Junto a los dioses y a los hombres estaban los héroes: figura menos poderosa que un dios pero era venerado.

En la civilización minoico micénica el arte muestra que la religión era dominada por Diosas de la Naturaleza.

En Grecia, el poder religioso estaba en manos de los que tenían el poder secular: padre, rey, la asamblea. Los dioses por separado tenían sus sacerdotes, pero este cargo no requería un conocimiento o calificación especial. Los únicos profesionales eran los adivinos que interpretaban el oráculo. Homero y Hesíodo fueron los ‘creadores’ de los dioses. Como no había Iglesias no había herejes, el único crimen era cualquier acto que provocara el resentimiento público general.

La piedad se expresaba con el conocimiento, con los actos de respeto hacia los dioses. La religión desaprobaba el individualismo, la preocupación por los estados interiores y la creencia de que las intenciones importan más que los actos; insistía en el sentido de pertenecer a una comunidad y en la necesidad de observar debidamente las formas sociales. Los dioses sobresalían en fuerza y habilidad y sus comportamientos en los mitos eran generalmente escandalosos. Las reglas de conducta estaban claras y el romperlas significaba perder las esperanzas de un buen futuro. El culto formal era esencial y su forma más importante era el sacrificio, si bien la mayoría de ellos eran con animales, también existían los sacrificios ‘puros’ (sin sangre). Los dioses amaban la belleza, la cosa para disfrutar; por eso los rituales eran cánticos y danzas colectivas o competencias atléticas. La oración iba acompañada de un rito y una ofrenda que era un reclamo encubierto de una contra ofrenda del dios para con el creyente.

El modelo griego era de una religión integrada: era un asunto social, práctico, cotidiano. Cada agrupación social formal era también una agrupación religiosa, desde la más pequeña hasta la mayor. Pertenecer a un grupo era compartir el ‘agua lustral’. Los santuarios eran el punto de reunión: Delfos (Apolo) y Olimpia (Zeus) eran los más importantes. La historia social y religiosa son inseparables. Las metas de la religión eran prácticas y mundanas: guiaban al individuo con ritos apropiados a través de los diferentes pasos de la vida; muchos ritos tenían que ver con la preparación de guerreros y madres; otros se relacionaban con el calendario agrícola

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