Hablando De Sentimientos

Hablando de Sentimientos

Por: Francisco Antonio Giménez López

Si decimos que el sentimiento constitucional es la máxima expresión del amor por la justicia y la equidad porque compromete a la normativa que regula la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo como valores fundamentales de una sociedad. Este, diríamos, es supremo y se impone a todos.

Igualmente produce un frenesí mucho más atractivo, público y claro que el sencillo y llano sentimiento jurídico ordinario.

Equivalentemente el resentimiento constitucional representa todo lo contrario. El sentimiento constitucional simboliza un vínculo moral entre las instituciones y los hombres, si este vinculo moral se quiebra no existiría absolutamente nada con la suficiente consistencia ni disciplina que haga retomar el camino de la defensa del orden jurídico recientemente alcanzado, ni habría continuidad en las propuestas de reformas innovadoras, alcanzables y beneficiosas para una mayoría cansada de un sistema obsoleto y fracasado, con ansias de renovación, de cambio o simplemente con ganas de hacer una verdadera revolución.

Pero una revolución que se encargue en primera instancia de su gente, pues ejemplos existen en la historia de garrafales errores políticos, que han dado al traste con revoluciones que perdieron ese sentimiento constitucional que hoy nos ocupa y que nos preocupa y se han perdido valiosas oportunidades de demostrar que existen otros sistemas novedosos que se pueden aplicar y al demostrar su eficacia, todos, absolutamente todos ganaríamos, sobre todo su gente, en primer término y al quedar demostrado exportar este conocimiento a otros pueblos hermanos para que a su vez sean participes de estos novedosos sistemas y sus beneficios.

Se tiene que cuidar celosamente que el sentimiento constitucional no se pierda por las razones expuestas anteriormente, pues puedes comulgar con ideas o discrepar de ellas, pero sin perder la perspectiva al aportar posibles soluciones a una problemática, entendiendo siempre, que la generalidad no considera casos individuales sino que se aplica a todos por igual.

Se entiende que criticar se da en la naturaleza del humano de manera fácil y sencilla y en el transcurso del tiempo la evolución nos ha mejorado en algunos aspectos y degradado en otros, pues la critica sin conocimiento de las cosas (criticar por criticar) dificulta el entendimiento de las partes en conflicto (criticón y criticado o viceversa). Deberíamos hacer revolución de la crítica antes de emitir ese juicio de valor, en algún momento Sigmund Freud manifestó “El hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”. Y esa misma premisa nos indica que deberíamos tener cuidado cuando se hacen algún tipo de comentarios sin base alguna.

Debemos imperiosamente cultivar como a una preciada planta el sentimiento constitucional, pues este, es el elemento

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