Hacia una definición del hombre

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HACIA UNA DEFINICIÓN DEL HOMBRE

JUAN CARLOS DÍAZ NÁJERA

SEMINARIO CONCILIAR DE TLAXCALA

FACULTAD DE FILOSOFÍA

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

24 DE AGOSTO DE 2017

HACIA UNA DEFINICIÓN DEL HOMBRE

El hombre es un ser complejo y por tanto difícil de definir ya que no podemos encerrar al hombre en un concepto, de cierto modo estaríamos limitando su ser en cuanto es, y mucho menos podemos quedarnos con la definición aristotélica que nos dice que es un “animal racional”; por tanto, se puede buscar un acercamiento a una definición en la cual podamos encerrar los grandes dotes que tiene el hombre o por lo menos expresar en ella parte de su esencia que nos haga entenderlo. Para definir al hombre se debe ir más allá de las ciencias humanas, eso no quiere decir que la información de estas sea inservible, simplemente lo que nos proporcionan es bastante limitado, por tanto, al tomar en cuenta la información que las ciencias humanas nos proporcionan, buscamos la esencia para así poder llegar a sus primeros principios; en otras palabras debemos ver primeramente la realidad del hombre para así poder colocarlo conceptualmente por el simple hecho de que al hombre no lo podemos limitar en la definición aristotélica

Entonces pues, el hombre es un ser tan valioso, con la capacidad de razonar y entender, pero tanto le cuesta entenderse a sí mismo, que le es difícil definirse y se queda con sus conocimientos superficiales, esto conlleva a no lograr tener una definición clara del hombre, ya que no podemos limitarlo simplemente por ser un “espíritu encarnado”^[1] único en la naturaleza.

                Se pueden tener muchas concepciones acerca del hombre, pero por su rápida evolución no solo externa, sino en su esencia, no se puede tener una definición clara. Al poner una definición concreta se daría el conformismo y se conceptualizaría simplemente al grado evolutivo en el que se encuentra, por tanto, se debe entender que al hombre se le puede definir, pero cada propuesta debe estar sujeta a cambios de acuerdo a las transformaciones del hombre hasta que llegue a su finitud, ya que el hombre es un ser finito por el simple hecho de tener esencia y existencia y, por ser un ser finito es limitable; el hombre aún está en potencia, y eso basta para ir más allá de la definición aristotélica ya mencionada anteriormente “animal racional”.

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