INTRODUCCIÓN: La paz perpetua
Enviado por Eddie50 • 14 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.651 Palabras (7 Páginas) • 158 Visitas
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Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Ciencia Política y Administración Pública
Filosofía y Teoría Política II
Arturo Santillana Andraca
Trabajo Adicional:
“Sobre la paz perpetua”
Luis Eduardo Rivera Garza
Sobre la paz perpetua
–Immanuel Kant
INTRODUCCIÓN:
Para Emmanuel Kant, la intención de su publicación es realizar un tratado de convivencia encausado hacia una organización de carácter internacional, en el que este proyecto desarrollado por nuestro autor en una línea de tiempo que abarca la extinción de la Edad Media hasta los albores del siglo XVIII. Siendo la directriz de esta realización una perspectiva social interna, traspasada está condición por la óptica de nuestro autor hacia un horizonte global. Por ello, abordar las directrices trazadas por el Derecho es primordial en el desarrollo de esta realización. En el que, el objetivo es entender el razonamiento de Kant donde sus postulados han servido como base de convivencia y de institucionalidad para la Europa contemporánea.
DESARROLLO:
Es ineludible para el filósofo alemán tener la necesidad de plasmar en esta aportación su óptica ética y jurídica. De este modo, Kant emprende su trabajo basado en su conocimiento de la historia universal; donde la filosofía política tenía que cimentar las bases de una convivencia de los Estados. Recordemos que, por aquella época, Europa se desangraba en medio de guerras intensas que amenazaban su estabilidad. A lo qué, Emmanuel Kant, aboga por buscar una paz perpetua no originada por una imposición, sino ejercida a través de un deber necesario.
Es imperante señalar que las guerras y la consecución del poder son inherentes de una naturaleza humana. Kant, dada esta condición, apuesta por la alternativa de un Estado mundial, lo que conocemos ahora como un Estado supranacional. Él lo concibe como: un “derecho cosmopolítico”, siendo importante para esta idealización los individuos. Tomando como estandarte o herencia el razonamiento de Rousseau, emanada de su obra póstuma, “El Contrato Social”, pero añade esencialmente la construcción de una “federación de la paz”[1], para lograr este cometido, era determinante una aseveración: “acabar con todas las guerras para siempre.”[2]
La idea utópica de una paz perpetua, pero fundamentada en un razonamiento, no solo estaba construida a base de una mera voluntad primera, sino que tenía que estar fundamenta y motivada en un derecho jurídico. Por ello, “el derecho de las gentes”, en donde su accionar se tenía que ceñir bajo las leyes jurídicas instruidas por una ley suprema denominada “Constitución”, siendo esta para Kant una ley publica general. Su estudio se proyecta, permítame la expresión, en una trilogía; primeramente, hace hincapié en realizar una constitución civil que sirviera como referente para la consecución de un Estado republicano; enseguida, en su concepción del derecho de gentes, tenía que estar fundado en un federalismo estatal; de este modo, estar preparado para dar el paso hacia la creación de un Estado mundial. Por último, plantea que su Estado supranacional debería estar encausado bajo un conducta de hospitalidad, donde todo individuo pudiera elegir una ciudadanía de visita, es decir, tener un libre tránsito de personas y bienes. Para Kant, aunque tenía este anhelo, no descartaba que no fuera posible, porque existe la posibilidad que el hombre pudiese volver de manera cíclica a ese estado primigenio de naturaleza que destruiría la intencionalidad de su razonamiento. Pero a final de cuentas cree, que a pesar de los intereses propios de su naturaleza, el ser humano se encuentra preparado para dar el gran paso hacia su tan anhelada paz perpetua.
Sobre el concepto de República, Kant vuelve a interiorizarse en su conceptualización de Estado, donde afirma que, para que exista está condición formal, la realidad tenía que cimentarse en el orden jurídico donde la máxima es lograr un estatus de convivencia general. Siendo el Derecho pilar fundamental de su razonamiento, en el que, el libre arbitrio de otros tenía que ser empático con el arbitrio de otros. Por este motivo Kant, lo interpone como la razón primordial de su pensamiento “ético-político” como: “la autodeterminación racional del hombre”[3]
Para que nuestro autor cristalizara este anhelo pacifico, era indudable fincar de manera concreta al Estado como rector de la vida social; pero advierte: “existe todavía un Estado despótico”, ese mismo al qué se contrapone en la búsqueda de su idealización afirmando: “la voluntad de un gobernante no puede ser valorada como una voluntad publica general, siendo de esta manera una concepción de su propiedad”[4]
Entonces, en su idea republicana asume una posición contraria al pensamiento de Hobbes, en el que, el poder del Estado no debe de ser unificado en una sola persona. Hay que recordar que, Thomas Hobbes en su obra “El ciudadano” hace un tratado para obedecer a su rey, un pensamiento totalmente alejado a la concepción sobre los derechos fundamentales del hombre donde Immanuel Kant se antepone a esta forma de gobierno unilateral. De ahí, su desacuerdo con el filósofo inglés. Joaquín Abellán describe en este apartado la situación política y social de la Alemania del siglo XVIII, que de cierto modo estaban establecidos los derechos inalienables del hombre, pero carecían de un contenido jurídico. Bajo esta situación, Kant enfatiza la necesidad de que el hombre no dependiera de alguien más para hacer valer sus derechos, sino qué, tendrían que darse las condiciones para que él, por sí mismo, pudiera defenderse de manera propia. Dentro de la literatura el filósofo germano entiende lo siguiente: “la igualdad de los súbditos ante la ley es el segundo principio sobre el que descansa una constitución republicana”[5] estando claro que el primer principio es la libertad.
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