Idealismo Absoluto
Enviado por danielanvrro • 19 de Marzo de 2012 • 563 Palabras (3 Páginas) • 724 Visitas
El idealismo absoluto
panorámica general
Una vez que se desecha la existencia de la cosa en sí, lo único que queda es el sujeto. Descartes había dividido la realidad en dos, en una res cogitans y una res extensa, es decir, pensamiento y extensión. Ahora ya sólo hay res cogintans, es decir, toda la realidad no será más que pensamiento, también lo llama Idea.
La realidad no es más que un Espíritu que piensa; y dado que no hay más que ese mismo Espíritu, entonces todo, en absoluto, no será otra cosa más que un Espíritu —Espíritu Absoluto— que se piensa a sí mismo, y por tanto pensamiento del pensamiento.
Lo que llamamos lo real no será más que un despliegue que va a realizar ese Espíritu en un afán de autoconocerse. De la misma manera que una persona piensa a veces en una cosa y luego en otra, ese Espíritu, que no se conoce, va a iniciar un proceso de autoconocimiento que es lo que en general denominamos devenir, y que conlleva la aparición paulatina de lo que llamamos ser, de lo que llamamos naturaleza, de la historia, de la aparición del ser humano, es decir de todo lo real. Como lo que caracteriza al Espíritu es su racionalidad, y la realidad entera sólo es su producto, ocurrirá que todo lo real es racional y, por tanto, lógico y deducible, ya que va apareciendo según un proceso racional. Por eso, Hegel, se lanzará a deducir todo lo real, desde la aparición del cristianismo a, por ejemplo, el número de planetas del sistema solar.
La historia de la realidad, con la aparición paulatina de las distintas realidades, no es más que el proceso seguido por ese Espíritu en su intento de conocerse a sí mismo. Cada cosa real no es más que un producto del propio Espíritu; ese camino nos produce, es decir, hace aparecer el género humano. Nosotros mismos, las personas, somos estrategias del Espíritu; nuestras vidas son caminos que el mismo recorre, intentos de autoconocimiento por su parte, hasta que de pronto, en el propio Hegel y en la propia filosofía de Hegel, el Espíritu termina por conocerse a sí mismo.
El Espíritu absoluto no es una cosa, no es un yo que piensa, y pensando realiza el mundo. Él es el mundo realizado, él es el pensamiento que se piensa. Justamente porque ese pensamiento que se piensa está deviniendo -pensándose- es que no está “terminado”, no es una realidad fija, no “es” de modo definitivo sino que consiste en ir siendo. Y por tanto todo lo que llamamos real, en tanto que es su producto, deviene con él, porque no es más que él, y en ese sentido todo proviene de él, por tanto Hegel proclama un panteísmo idealista. Su devenir es pensamiento que, profundizando en sí mismo, intentando conocerse, se transforma en naturaleza, en historia, y en cualquier entidad real, pero nunca acaba de ser sí mismo ya que todo eso no es más que devenir, sólo al final del proceso el Espíritu
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