Ideas pre-posicionamiento del hombre en el cosmos

Este trabajo representa un breve y comprimido resumen de las ideas sobre algunos puntos capitales de la Antropología filosófica y que aparecen a principios del año 1929. ¿Qué es el hombre y cuál es su puesto en el ser?” Los largos esfuerzos que se han hecho, abordando el problema por todos los lados posibles, se han concentrado en la composición de esta obra.

Para conocer las etapas de la evolución se especifica en la vida afectiva humana, sobre la relación del hombre con la filosofía de la historia y la sociología. Sobre la relación del hombre, el saber y la cultura. Las opiniones sobre las posibilidades evolutivas del hombre. Los problemas de antropología filosófica han llegado actualmente en Alemania a ocupar el centro de la preocupación filosófica y aun más allá del círculo profesional de la filosofía también los biólogos, médicos, psicólogos y sociólogos trabajan en bosquejar una nueva imagen de la estructura esencial del hombre.

Los problemas que el hombre se plantea acerca de sí mismo han alcanzado en la actualidad el máximo punto que registra la historia. En el momento en que el hombre se ha confesado que tiene menos que nunca un conocimiento riguroso de lo que es, sin que le espante ninguna respuesta posible a esta cuestión, parece haberse alojado en él un nuevo denuedo de veracidad; el denuedo de plantearse este problema esencial de un modo nuevo, sin sujeción consciente a una tradición teológica, filosófica y científica, el denuedo de desenvolver una nueva forma de la conciencia y de la intuición de sí mismo, aprovechando a la vez los ricos tesoros de saber especializado, que han labrado las distintas ciencias del hombre.

“El puesto del hombre en el cosmos, ¿un puesto privilegiado?”

Ensayo en base a la obra de Max Scheler “El puesto del hombre en el cosmos”

Introducción

La antropología filosófica, una disciplina bien cuestionada, por autores como Javier San Martín que intenta buscarle su sentido y así otros mas que ven en la antropología un enfoque filosófico. Más allá de cómo se considere la antropología filosófica existió una obra que sin lugar a dudas encaja perfectamente dentro de lo que podría ser una filosofía del hombre y es la gran obra de Max Scheler titulada “El puesto del hombre en el cosmos”, su título ya nos dice bastante, nos deja claro que la obra tratará al hombre como eje central y con la ambiciosa intención de darle una posición en el cosmos.

Esta obra nació en respuesta a un momento donde se estaba perdiendo lo que era la esencia del hombre, se le había arrebatado su particularidad y ya no se podía identificar fácilmente sus cualidades únicas, todo esto por detalles que veremos durante el transcurso de este ensayo. En medio de esta polémica nace esta obra magistral del siglo XIX que aborda de manera compleja el problema del hombre y su puesto en el cosmos. Para Max Scheler este tema había sido de gran importancia durante su vida sin embargo no le había podido otorgar un especial espacio dentro de su obra hasta la aparición de este libro justo en el momento de su muerte.

A través del análisis de los dos primeros capítulos del libro se pretende distinguir el aspecto valórico que hay en la obra de Max Scheler y comprender la propuesta de Scheler sobre el hombre en el cosmos si puede llegar a ser cuestionado y reflexionar sobre la misma. Dentro de la singular posición que Max Scheler le da al hombre cabe la pregunta, ¿es realmente el hombre un ser privilegiado? , la evidencia que se nos entrega aquí ¿es realmente contundente para afirmar una posición del hombre por sobre cualquier otro ser? Sin pretensiones de aminorar el pensamiento de este autor pero si con la fiel convicción de que aun dentro de la fuerte evidencia teórica que nos deja caben muchos cuestionamientos más sobre lo que se puede construir como antropología filosófica que quizás no tengan una respuesta clara pero el hecho de que estén ahí abren la posibilidad a la perfección del visión del hombre.

Ideas pre-posicionamiento del hombre en el cosmos

Para entender dónde ubicar al hombre dentro de la totalidad de los entes, primero hay que comprender porque surge esta inquietud, ¿Qué acaso no tenemos claro nuestro propio lugar en el universo por mero sentido comn? Todos saben o creen saber de qué el hombre es algo especial por lo menos en relación con los demás seres vivos, pero esta creencia que viene de la época griega clásica sufrió un fuerte remezón durante el siglo XIX al irse desarrollando la teoría sobre la evolución biológica que nos ponía a notros como hombre en un plano mucho más reducido perteneciendo simplemente al reino animal como cualquier otro animal y siendo el resultado de un largo proceso natural evolutiva; el hombre no era más que una ínfima parte del reino animal. Ante esta apreciación que muy correctamente plantea Max Scheler me gustaría agregar que quizás este exilio del hombre de su lugar privilegiado viene gestándose desde hace muchos siglos, quizás un fuerte hito fue en la revolución copernicana donde la tierra es decir nuestro hogar ya no era el centro del universo éramos un planeta más dentro de una galaxia compleja luego esto se vio más acrecentado con la llamada revolución cosmológica donde ya mediante el descubrimiento de las nebulosas se descubren nuevos sistemas solares igual de complejos que el nuestro por lo tanto ya no solo no éramos el centro de nuestro sistema solar sino que además nuestra galaxia era una mas entre miles y millones de galaxias mas. Luego de estos bombardeos a la estima del hombre como ser único y especial en el universo, solo quedaba refugiarse en la intimidad del circulo de los seres vivos y desde ahí observar desde un “trono” en altura y observar a los demás seres vivos lógicamente diferentes a notros y siendo los únicos entes diferentes y especiales al resto. Pero como nos lo hizo notar Max Scheler este último resguardo de la particularidad del hombre fue destruido por la solución darwinista al problema del origen del hombre. El hombre no tiene mayor aprecio dentro de la biología que un orangután o un elefante.

Esta visión es la que se superpuso a las otras dos formas de entender el concepto hombre que como muy bien las explica Scheler: “el circulo de ideas de la tradición judeo-cristiana: Adán y Eva, la creación, el paraíso, la caída. Segundo, el circulo de ideas de la antigüedad clásica; aquí la conciencia que el hombre tiende de sí mismo se elevó por primera vez en el mundo a un concepto de su posición singular mediante la tesis de que el hombre es hombre porque posee “razón”, logos, fronesis, ratio, mens, etc.” Ante esta aclaración, Scheler para continuar con su ambiciosa

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