JUCIO VALORATIVO

EL JUCIO VALORATIVO

Es aquel por el cual expresamos nuestra apreciación de los objetos, lo que ellos significan para nosotros. En este juicio valorativo el sujeto manifiesta su aceptación o su rechazo con respecto a un objeto. Cuando enunciamos un juicio de valor atribuimos el valor a un objeto, el juicio, por lo regular, predicativo. Éste es el contexto donde se le representa.

Se caracteriza porque contiene predicativos valorativos, ejemplos de estos predicados son: “justo”, “noble”, “santo”, “bello”, “digno”, “generoso”, “honesto”, “heroico”, “saludable”, “provechoso”, “bueno”, etc. En efecto, nosotros podemos reflexionar en lo siguiente. Si alguien afirma “Juan es justo” este juicio puede ser expresado de manera muy similar diciendo “Juan es bueno, cosa parecida ocurre cuando se afirma “Alejandro es generoso” que es un juicio valorativo que puede ser expresado por “Alejandro es bueno”.

Y así este proceso de traducción o reducción de los demás predicados valorativos a “bueno” es siempre posible, aunque en ciertos casos requiera un mayor detallamiento. Por ejemplo cuando se afirma “Ingrid es muy bonita” no sería adecuado traducir este juicio a “Ingrid es buena” pues sería fácil objetar que eso no es correcto porque es completamente posible que Ingrid sea bonita t al mismo tiempo una persona mala. Sin embargo, la dificultad se salva si se le quita el contenido moral a la traducción “Ingrid es buena”. Y esto es legítimo debido a que quien afirma “Ingrid es muy bonita” no está queriendo opinar sobre la moralidad de dicha persona sino solamente sobre su aspecto físico. Consecuentemente, la traducción correcta es “Ingrid tiene muy buenas formas”, que esta ve si expresa el mismo contenido significativo que “Ingrid es muy bonita”.

Lo anterior muestra que es posible reducir los diversos juicios valorativos a uno que sea expresado usando solamente el predicativo valorativo “bueno”. Asimismo, como el sujeto gramatical del juicio puede ser cualquier persona, cualquier cosa, cualquier obra de arte, cualquier conducta, etc., entonces podemos expresarlo con una letra “X” que denota cualquier sujeto, y de esta manera podemos escribir “X es bueno” que es el juicio valorativo fundamental al cual pueden ser traducidos o reducidos todos los demás juicios valorativos.

De otra parte, un argumento general que justifica la reducción anterior es que todas las cualidades expresadas por predicativos valorativos tales como “saludable”, “honesto”, “santo”, etc., tiene como sentido decir que son buenas y, consecuentemente la investigación fundamental sobre lo valioso consiste en determinar en qué consiste lo bueno.

La determinación de que el juicio valorativo fundamental es “X es bueno” y que por consiguiente, el predicado valorativo básico es “bueno”, constituye el aporte del filósofo

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