Josue Tpnis
Enviado por joshuasama • 23 de Septiembre de 2012 • 514 Palabras (3 Páginas) • 378 Visitas
El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) ha dejado de ser un simple territorio o parque para convertirse en una idea, un movimiento humano (no diremos movimiento social por el desprestigio que a estas alturas tiene ese término) que está sentando precedentes no solo nacionales sobre cómo los indígenas más ignorados, los habitantes más humildes aunque no sean indígenas, de los más recónditos lugares de donde sea, pueden hacer escuchar su voz de forma límpida y serena, pero también poderosa para hacer valer sus derechos y para reclamar cuando estos son ignorados y hasta vulnerados por intereses poderosos. Así, de esta forma, poco a poco, el término Tipnis va camino a convertirse en un término referencial y hasta descriptivo de la forma cómo los sin voz pueden hacer escuchar su voz, tal como en marzo de 1930 y contra el colonialismo inglés lo hizo la Marcha de la Sal liderada por Gandhi en la India.
Y admira cómo el Tipnis o, mejor dicho y a estas alturas, el ‘movimiento Tipnis’, lleva adelante sus propósitos y luego encara sus dificultades. Ya en 2011 sorteó con toda seguridad y compostura, y sin ninguna violencia propia, todas las dificultades que se le pusieron por delante, sobre todo aquellas de desprestigio, amenaza y represión del Gobierno y sus adeptos. Fue admirable entonces cómo esa humilde marcha, esa lenta pero segura caminata de hombres, mujeres y niños, fue haciendo la labor de un imán que pasa entre limaduras de hierro para, a su llegada a La Paz, arrastrar tras de sí a millares de personas que vitoreaban y admiraban a los orgullosos marchistas que venían del Tipnis para defenderlo como parque nacional y para que no se convierta ni en autopista internacional ni en sembradío nacional. No era para menos tal recibimiento.
Y en su marcha actual, el movimiento Tipnis sigue admirando, pues pese a más burlas, propósitos de desprestigio y amenazas de violencia sigue caminando, sigue adelante, sin insultar ni agredir a nadie, sin siquiera enojarse con quienes, como los de San Ignacio de Moxos, los esperaron y despidieron con una ‘calle de la amargura’. No importa, ellos caminan y no se desaniman y no quieren imitar a sus detractores, pues ellos, los del Tipnis, no son violentos; son como los de la Marcha de la Sal.
Y finalmente: ¿se habló en años pasados de un Premio Nobel de la Paz para alguien? Sí que se habló, pero la idea cayó por su propio peso, peso mínimo para ser un Nobel de lo que sea. Pero ahora la idea puede tener el peso adecuado, peso como el que tiene el movimiento Tipnis por los centenares de kilómetros caminados paso a paso; por la calidad y persistencia de sus propósitos; por su método pacífico y humilde, pero a la vez firme y valiente de hacerse escuchar y respetar; por hacer ver cómo sin violencia, ni insultos ni mentiras, se pueden reclamar cosas evidentemente justas; ejemplos todos ellos no solo para los bolivianos, sino también
...