LA HISTORIA OLVIDADA DE LA REPRODUCCIÓN DE LAS CONDICIONES DE LA PRODUCCIÓN Y DE LA FUERZA DE TRABAJO
Enviado por hubercallelopez • 24 de Abril de 2013 • 2.341 Palabras (10 Páginas) • 419 Visitas
LA HISTORIA OLVIDADA DE LA REPRODUCCIÓN DE LAS CONDICIONES DE LA PRODUCCIÓN Y DE LA FUERZA DE TRABAJO
“En América Latina seguimos siendo países producto en función de la lógica de acumulación capitalista” -
Cartago Valle, Mayo 01 de 2012
En la actualidad A lo largo del siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social. En los últimos veinte años, esos progresos retrocedieron bajo la influencia del neoliberalismo. En la actualidad, casi todos los países democráticos rememoran el 1º de mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Estados Unidos, El Reino Unido y el Principado de Andorra son los únicos países, del mundo occidental, que no lo recuerdan. En 1954 el papa católico Pío XII apoyó tácitamente esta jornada de memoria colectiva al declararla como festividad de San José Obrero. Últimamente se viene denominando a este día como Día Internacional del Trabajo.
LA HISTORIA OLVIDADA DE LA REPRODUCCIÓN DE LAS CONDICIONES DE LA PRODUCCIÓN – DE COMO ES QUE SE REPRODUCEN LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN (máquinas, herramientas) Y LA DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS (la fuerza de trabajo, la que genera riqueza). Como decía Carlos Marx, “hasta un niño sabe que, si una formación no reproduce las condiciones de la producción al mismo tiempo que produce, no podría sobrevivir ni siquiera un año” (1). La condición última de la producción, consiste pues en la reproducción de las condiciones de producción. Ésta reproducción puede ser “simple”, es decir, reproducir simplemente las condiciones de la producción anterior, o “ampliada” es decir, extenderlas. Sólo veamos por ahora las primeras, la “Simple”, y ya se estarán preguntado: Qué es entonces la reproducción de las condiciones de la producción?. Porqué tanto trabalenguas. Bueno, amigo lector, entremos aquí en un dominio a la vez muy familiar (desde el libro II del Capital de Carlos Marx) y es singularmente desconocido. Las evidencias tenaces (se refiere a las evidencias ideológicas de tipo empirista), desde el punto de vista de la sola producción, incluso de la simple práctica productiva (la cual es en sí misma abstracta con relación al proceso de producción), hasta tal punto se confunden estas evidencias con nuestra “conciencia” cotidiana, es decir, con lo que percibimos, que es extremadamente difícil, por no decir casi que imposible, elevarse hasta el punto de vista de la reproducción. Sin embargo fuera de este punto de vista, todo, queda en abstracto más que parcial: deformado, incluso en el nivel de la producción, y, con mucha mayor razón, aún en el de la simple práctica.
TRATEMOS DE EXAMINAR LAS COSAS CON MÉTODO.
Para simplificar un poco la exposición, y si nosotros consideramos que en toda formación social hay un modo de producción dominante, (dependiendo del momento histórico que se esté hablando, modo de producción esclavista, feudalista, capitalista, etc.), podemos decir, que el proceso de producción pone en acción las fuerzas productivas existentes en y bajo relaciones de producción definidas. De ello se sigue que, para existir, toda formación social debe al mismo tiempo que produce y para poder producir, reproducir las condiciones de su producción. Debe por lo tanto reproducir: 1) Las fuerzas productivas. “CONJUNTO DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN QUE CADA SOCIEDAD UTILIZA PARA OBTENER LOS DISTINTOS BIENES NECESARIOS PARA LA SUBSISTENCIA. COMPRENDE LAS RIQUEZAS NATURALES O MATERIAS PRODUCTIVAS, LOS CONOCIMIENTOS Y MEDIOS TÉCNICOS UTILIZADOS PARA LA PRODUCCIÓN, Y LA PROPIA FUERZA PRODUCTIVA DEL SER HUMANO” (2). 2) Las relaciones de producción existentes. “CONJUNTO DE RELACIONES QUE SE ESTABLECEN ENTRE LOS HOMBRES COMO CONSECUENCIA DE LA PRODUCCIÓN O TRABAJO” (3).
AHORA SI ENTRENOS EN MATERIA, DE CÓMO ES LA REPRODUCCIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN?.
Todo el mundo reconoce (hasta los economistas burgueses que trabajan en la contabilidad pública, o los “teóricos” “macroeconómicos” modernos), porque Carlos Marx impuso la demostración en el libro II del Capital, que no hay producción posible, sin que quede asegurada la reproducción de las condiciones materiales de la producción: LA REPRODUCCIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN. Un economista cualquiera, no se distingue en esto de un capitalista cualquiera, saben que hay que prever, para cada año, que es necesario reemplazar el equipo que se gaste en la producción y todo lo que se gaste: materias primas, instalaciones fijas, construcciones, instrumentos de producción (máquinas), etc. Decimos: cualquier economista igual (=) cualquier capitalista, en cuanto que ambos expresan el punto de vista de la empresa, y en cuanto se reducen a comentar simplemente los términos de la práctica financiera contable de la empresa. Pero sabemos, gracias al genio de Quesnay, que, por primera vez ha planteado este problema que sin embargo “salta a la vista” y gracias al otro genio Carlos Marx que lo ha resuelto, QUE NO ES EN EL NIVEL DE LA EMPRESA QUE LA REPRODUCCIÓN DE LAS CONDICIONES MATERIALES DE LA PRODUCCIÓN PUEDE SER PENSADA, porque no es allí donde existe en sus condiciones reales. LO QUE OCURRE AL NIVEL DE LA EMPRESA ES UN EFECTO, que da solamente la idea de la necesidad de la reproducción, pero no permite absolutamente pensar sus condiciones y sus mecanismos. Es suficiente un instante de reflexión para convencerse de ello: El señor capitalista X, que produce en su fábrica, digamos tejidos de lana, debe “REPRODUCIR SU MATERIA PRIMA, SUS MÁQUINAS, ETC., hasta ahí vamos entendiéndonos, no?. Ahora bien, por supuesto no es él (el señor X) quién los produce por su producción, sino otros capitalistas: un gran criador de ovejas de Australia, el Señor Y …, un gran metalúrgico productor de máquinas – herramientas, un señor Z, etc., etc., los cuales deben ellos también, para poder producir sus productos que condicionan la reproducción de las condiciones de producción del señor X …, reproducir las condiciones de su propia producción, y así nos extendemos hasta el infinito – el todo en proporciones tales, que el mercado nacional cuando no es en el mercado internacional, la demanda de medios de producción (para la reproducción) pueda ser satisfecha por la oferta. Para pensar este mecanismo que desemboca en una suerte de “hilo sin fin” es necesario abordar el problema en términos globales como lo hizo Carlos Marx y estudiar en particular las relaciones de circulación del capital entre el sector I (producción de medios de producción) y el sector II (producción de medios de consumo) y la realización de la plusvalía en los libros II y III del Capital. Sin entrar en análisis de lo anterior, es suficiente haber mencionado la existencia
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