LA MUERTE NECESARIA

La muerte necesaria

Este es un buen momento para desmitificar el tema de la muerte y principalmente para echar por tierra, todos los miedos que han sido implantados en la mente de quienes hemos nacido en culturas, donde el asunto es abordado con un exceso de dolor, que no permite ver el hermoso sentido de este proceso humano.

La muerte es un paso que se repite sin darnos cuenta cada noche al acostarnos, cuando nos entregamos al sueño de manera tranquila y natural sin saber lo que ocurre cuando nos abandonamos al inconsciente para descansar y recuperar fuerzas.

Vivimos muerte tras muerte y seguimos vivos. La muerte está de manera permanente a nuestro lado, morimos todo el tiempo, morimos en todos aquellos momentos en que dejamos atrás hábitos inútiles, actitudes mal sanas, programaciones y bloqueos que no nos sirven para conquistar una mejor versión de nosotros mismos.

Muerte es el abandono de algo, de una relación, de una forma de vida, de un paradigma, de una fantasía, un trabajo o un yo que debe desaparecer para permitir el contacto con uno más profundo. Todas son muertes necesarias que aparecen una y otra vez con su dosis de dolor, pero que no matan la esencia, el núcleo, lo verdadero.

Tal es entonces la muerte mayor, solo que aquí lo que se abandona del cuerpo físico. Una muerte necesaria que nos libera de un cuerpo que se malgastó de tanto usarlo, o al que se le dio mal uso, o simplemente un cuerpo que cumplió su función orgánica. Esa muerte inabordable es la que permite el paso a una frontera más lejana, abre la puerta a otra estación del viaje y nos pone en otro dial, otra señal de transmisión y recepción a la que accedemos para continuar creciendo.

la energía solamente se transforma. Nada muere en realidad, lo dicen las leyes físicas. Nos mudamos de mundo cuando completamos la tarea o el tiempo para hacerla se agotó.

Detrás del velo que separa esta realidad de otras todo sigue viviendo, quizás de manera más armoniosa y feliz.

Echemos abajo el miedo desproporcionado que hace que una muerte arrastre otras vidas, que lleve a la congoja desmedida que nos enferma. Copiemos modelos mentales más sanos de culturas donde se celebra que alguien haya sido llamado a entrar en esas dimensiones del amor.

Ver la muerte como un impulso cósmico es una opción mucho más saludable y esperanzadora en estos tiempos de transformación.

LINA VELASQUEZ TRUJILLO

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