“LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA Y SU RELACIÓN CON LA EDUCACIÓN”
Enviado por Clau Murcia • 22 de Febrero de 2017 • Trabajo • 1.921 Palabras (8 Páginas) • 311 Visitas
Relatoría del texto “EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA: UN CAMPO DE COMBATE” de ESTANISLAO ZULETA , capítulos:
“LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA Y SU RELACIÓN CON LA EDUCACIÓN”
“KANT Y LA EDUCACIÓN”
“EL MARXISMO, LA EDUCACIÓN Y LA UNIVERSIDAD”
Estanislao Zuleta, fue un filósofo, escritor y pedagogo colombiano que hizo valiosos aportes al campo de la educación, una de las preguntas que inspiraron muchas de sus obras fue: ¿por qué la educación no enseña a pensar?, el autor, sustento muchos de sus argumentos que dan respuesta a la anterior pregunta, a partir de postulados filosóficos, marxistas y psicoanalíticos que permiten comprender la realidad. ES así como en su libro “EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA: UN CAMPO DE COMBATE” este autor permite comprender el problema de la educación y con ello a concebir la democracia a partir de la relación de la educación y la filosofía, entendida esta última como “el amor por el conocimiento”.
De manera que en el apartado “LA PARTICIPACION DEMOCRATICA Y SU RELACION CON LA EDUCACION” el autor plantea que para entender la democracia es importante en primer lugar comprender qué la dificulta, en segundo lugar que exige y por último qué de nuestras acciones dificulta hablar de democracia. Para comprender que la dificulta, el autor plantea que “la democracia implica la aceptación de un cierto grado de angustia” (p.74) es decir la democracia tiene estrecha relación con el interés por conocer, por no limitar el pensamiento pese a las circunstancias o lo ya establecido como “verdad” y así mismo para que el saber no se convierta en propiedad de una casta especifica; así mismo, la democracia debe provocar angustia por conocer, pues conocer permitirá decidir.
Al respecto, el autor plantea que “es muy fácil elogiar la democracia, pero es muy difícil aceptarla en el fondo, porque la democracia es aceptación de la angustia de tener que decidir por sí mismo”(p.76) ello lleva a pensar la razón por la cual es tan difícil comprender y hacer democracia pues en ocasiones parece mucho más fácil tener quien guie y decida por nosotros, pues “ pensar por sí mismo es más angustioso que creer ciegamente en alguien” (p. 77) tal vez por ello incluso elegir un líder resulta tan tortuoso y se deja en manos de otros la decisión pues no se quiere asumir esa angustia de allí que el autor plantee que la democracia es frágil.
Por otro lado el autor rescata un aspecto importante de la democracia y ello es su carácter modesto, lo cual hace referencia a el reconocimiento que la democracia hace a la pluralidad de pensamientos, opiniones, convicciones y visiones del mundo lo cual hace que dicha pluralidad enriquezca la propia visión del mundo, comprendiendo que lo que yo pienso o creo, puede que no corresponda propiamente a la realidad ; de manera que lograr la democracia implica además un esfuerzo por reconocer al otro; un otro con la capacidad de pensar diferente y con el cual se puede llegar a trasformar dicha realidad.
Sim embargo, dicha modestia de la democracia no debe confundirse con la idea de tolerancia, puesto que, esta última no logra abarcar la magnitud de lo que es la democracia, pues no se trata solo de escuchar al otro y tratar de entender su punto de vista sino por el contrario se trata de “sentir alegría por las diferencias que puedan existir entre nosotros, en la certeza de que los conflictos son inevitables y de que a pesar de que no nos van a conducir a unanimidad alguna, nos van a enriquecer” ello acompañado del respeto, este entendido como un ejercicio donde se tome en serio el pensamiento del otro a fin de ponerlo en discusión, sin violentarlo y buscando poder poner el propio punto de vista sin necesidad de que sea aceptado o imponerlo al otro; pero esto parece ser muy complejo, no porque no seamos capaces de hacerlo sino porque se nos ha vendido una idea de competencia en la cual las personas buscan estar acorde a las exigencias de mercado y laborales requeridas por la sociedad.
Además, como lo nombra el autor citando a Platón “nuestros orígenes no fueron democráticos”(p.79) sino por el contrario son la herencia cultural e histórica un Dogma por el cual se ha hecho tan difícil aceptar la angustia que se requiere para la democracia; pues, esta no nos es dada de manera espontánea como por ejemplo en un país como Colombia se nos quiere hacer creer. Así pues, el autor sugiere que “hay que comenzar por reconocer que la adhesión a la democracia solo la lograremos en la lucha contra nosotros mismos” (p. 81) de manera que por ello el autor plantea que la democracia es frágil y así mismo se pregunta como la educación podría ser democrática.
En relación a la pregunta del autor y recordando la sesión anterior, en la cual con el maestro Carlos Gaviria se intentaba responder a la pregunta de la importancia de educar para la democracia suscita de nuevo una pregunta por el saber y por comprender que hay indudablemente un saber en cada persona independientemente de su edad u profesión; pero ¿porque es tan difícil aceptarlo? Y además, ¿porque es tan difícil aceptar el error o la equivocación? Y ¿de qué manera dichas cuestiones dificultan la democracia?
Hasta aquí, con este apartado el autor permite ya muchas reflexiones entorno a la democracia y a partir del siguiente capítulo denominado KANT Y LA EDUCACION el autor a través de los planteamientos recogidos del texto Crítica a la razón pura de Kant muestra los derechos y los deberes de la razón junto con la revolución francesa que en palabras de Kant “significa la posibilidad de ser cada vez más racional” (p.94) como los antecedentes del tema de la educación. En primer lugar nombra como primer derecho de la razón el no prescribirle una dirección o imponerle limite a aquello que debería o no ser objeto de su competencia; y como segundo derecho la publicación y el debate. Como deber de la razón , siguiendo a Kant está el ser consecuente; es decir debe haber un debate consigo mismo, pues de ello surgen nuevos argumentos que permitan contraponer o apoyar alguna tesis expuesta ya sea propia u ajena, teniendo en cuenta para ello el respeto que se nombraba anteriormente.
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