LA REPÚBLICA DE PLATON CAPITULO IX

RESEÑA Nº 1 “LA REPUBLICA DE PLATON”CAP IX

En este capítulo Sócrates y Glaucòn realizan un dialogo en donde se expone una investigación sobre el hombre tiránico y sus características. Comenzando por analizar sus deseos diciendo que estos están presentes en casi todos los humanos, con la diferencia de que cuando son reprimidos por la razón desaparecen totalmente o se reducen en número, pero otros logran recobrarse y se mantienen más fuertes y en mayor cantidad.

Los últimos son los que surgen en el sueño, cuando duerme la parte razonable del alma, tranquila y rectora de lo demás, salta lo feroz y salvaje y trata de abrirse camino y saciar sus instintos, se atreve a todo, como liberado y desatado de toda vergüenza y sensatez y no se retrae en su imaginación del intento de cohabitar con su propia madre o con cualquier otro ser, humano, divino o bestial, de mancharse en sangre de quien sea, de comer sin reparó el alimento que sea ; en una palabra, no hay disparate ni ignominia que se deje atrás. Pero cuando el alma pertenece a la parte filosófica y reflexiva sobre sí mismo, no duerme con el ánimo excitado por la cólera contra nadie, nace el buen juicio, es en este estado cuando mejor se alcanza la verdad y menos aparecen las nefandas visiones de los sueños.

El hombre tirano está destinado en toda su vida a ser amigo de nadie, sino siempre déspota de alguno o esclavos de otro; pues de la verdadera libertad y amistad no gusta nunca la naturaleza tiránica, son injustos y desleales, logra reinar por sí solo y cuanto más tiempo viva en la tiranía mas se afirmara en ser como es, esclavo de sus paciones que intenta esclavizar a los demás. Es evidente que el estado tiránico es el más injusto y al mismo tiempo es el más infeliz, Platón para demostrarlo utiliza tres argumentos, el primero cuando lo compara con un esclavo, el segundo argumento es compararlo con un filosofo, se juzga mejor con el razonamiento y la inteligencia, el tercer argumento esta dado por el carecer de sabiduría, dado que el hombre tirano se la pasa todo el día en festines, no se han elevado mas allá de esto para comprender lo verdaderamente real.

Finalmente Platón resuelve la cuestión de si es posible que el injusto tenga una vida feliz. Nos pide que imaginemos el interior del hombre como una escultura modelada, compuesta de una bestia polícroma y policéfala, compuesta de animales mansos y feroces, un león enorme y un hombre más pequeño. Cuando el tirano da el control de su alma a la bestia está matando de hambre al hombre que ha habita en él. La búsqueda insaciable de riquezas, la prepotencia y la irritabilidad, el lujo, la adulación y el servilismo, la artesanía y el trabajo manual. Resulta curioso que Platón atribuya tan me llega es que este estado del que tanto han hablado, no existe en la realidad sino quizás en el interior de cada uno.

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