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LA ÉTICA PROTESTANTE Y EL ESPIRUTO DEL CAPITALISMO


Enviado por   •  13 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  5.721 Palabras (23 Páginas)  •  271 Visitas

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Douglas Stanley Castro 00260612

LA ÉTICA PROTESTANTE Y EL ESPIRUTO DEL CAPITALISMO

Introducción.

Para Webber la iglesia protestante favorecía un tipo concreto de ética cristiana materialista, no obstante mantenía una serie de valores cristianos como el ascetismo. Es este materialismo, junto al ascetismo, unido al concepto de vocación profesional, el cual es propio del luteranismo el que favorece al trabajador y al empresario, ya que a unos por su parte los favorece a hacerse empresarios mientras que a los otros a amasar fortunas. Dichas fortunas se reinvertían en la propia empresa con él fin de conseguir mucho más dinero.

Cabe mencionar que aparece también, junto a la vocación, el concepto de destino, de manera que el éxito terrenal reflejaba las posibilidades de acceder al cielo.

En complemento, la ética protestante conduce a amasar grandes fortunas, a llevar una filosofía de vida utilitarista, y a ganar dinero y trabajar más allá de lo que se considera necesario, en otras palabras, a la esencia del capitalismo.

En esta obra, Max Webber nos muestra el tema de la multidimensionaldad de las clases sociales, Weber modificó la teoría marxista de la determinación de la clase por la posición de los individuos en relación con los medios de producción, y a la vez introdujo tres dimensiones en las cuales se estratifica socialmente a los individuos.

La concepción de Webber sobre las clases económicas es mucho más amplia que la marxista. Sin embargo no negó que el orden económico no determinase el orden político y social. La clase económica era percibida por Max Weber como algo muy importante, ya que esta era una causa de estatus, sosteniendo que existía una fuerte correlación entre las posiciones de clase. Sin embargo, una vez un grupo ha obtenido un estatus elevado a través de determinado logro, los miembros de dicho estatus tenderán a limitar las oportunidades de que otros individuos las sustituyan.

El punto central de este trabajo es el capitalismo industrial, y cuando se analiza el crecimiento de este, Weber sostiene que el mayor enfoque que se pone en el universalismo y el logro dentro del sistema de estratificación, debilita en lugar de aumentar la conciencia de clase entre grupos similares, por lo cual se opone así a la interpretación marxista. Y no obstante aunque Weber no centrase sus estudios en las clases sociales, al contemplar la multidimensionalidad de la estratificación social, Webber estableció los lineamientos que guiaron los estudios no marxistas de la sociología moderna.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo, pretende determinar la influencia de determinados ideales religiosos en la formación de una mentalidad económica, y aunque si bien es cierto todos las teorías que en este trabajo se promulgan han sido superadas por la sociología moderna, sin lugar a duda, esta obra nos ayuda a comprender muchas de las derivaciones de la ideología occidental contemporánea.

La ética protestante y el espíritu del capitalismo. El problema

Max Weber empieza su exposición introduciéndonos a encontrar las raíces del capitalismo occidental, este busca las causas de la aparición de un espíritu del capitalismo (denominado así por el), que no simboliza la ambición y el lucro a toda costa, sino más bien el compromiso disciplinado con el trabajo, dicho espíritu se fundamenta en mezclar la ganancia de dinero mediante la realización de actividades económicas legítimas con un cierto uso moderado de estos ingresos en cuanto al consumo personal.

Para ubicar el capitalismo, Max Weber busca las diferencias entre las culturas occidentales europeas y las culturas orientales. El diferencia los rasgos de estas culturas en lo que se refiere al pensamiento, costumbres, órdenes políticos, órdenes sociales, el arte, entre otros.

Éstos supuestos básicos de cada cultura, a lo largo de los años han sufrido en occidente un cambio importante. A pesar de no ser la cultura más antigua, la China y la babilónica si lo son, por ejemplo, es la única que ha utilizado estos rasgos culturales para crear un sistema económico, político y técnico único, sólo el occidente ha creado parlamentos con representantes del pueblo elegidos periódicamente, con demagogos y gobierno de los líderes como ministros responsables ante el parlamento, fuera de occidente, todo esto se ha conocido de modo rudimentario y lo mismo sucede con el poder más importante de nuestra vida moderna, el capitalismo.

Cabe destacar dos aspectos importantes de la obra de Max Weber. El primero es, que para entender su síntesis final y para no mal interpretar muchas de sus aseveraciones, es preciso que se haga un esfuerzo para poder situarnos en los orígenes del capitalismo moderno, ya que, desde “el nuestro” en la actualidad, tan extendido y desarrollado, no se podría relacionar adecuadamente estos estudios con la realidad social alemana de principios de siglo. Y en segundo lugar, se ha de considerar esta obra a la luz de sus restantes trabajos, como aquellos sobre China, India e Israel cuyos análisis funcionalistas revelan sus resortes íntimos y exponen la interdependencia de sociedad y cultura.

Mencionando lo anterior, podemos continuar señalando que Max Weber no afirmó en parte alguna que la causa única del surgimiento del capitalismo fuera la ética protestante. Inclusive si en algunos Weber sobrestimó el valor de las creencias religiosas en la conducta determinante en materias económicas, consideró ambas direcciones de influencias. Él explica la anulación y desplome del capitalismo en el mundo antiguo en función de las estructuras de poder sin presentar la ética económica como un factor independiente.

Weber divide su obra en cinco partes donde desarrolla tres aspectos relacionados entre sí pero a la vez independientes. Estos apartados han sido divididos a su vez en otros dos, los cuales ha llamado El Problema, el cual es la primera parte y La ética profesional del protestantismo ascético, la segunda parte.

La comienza haciendo una pequeña reflexión sobre un fenómeno observado por la prensa y la literatura católica alemana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el cual es el carácter eminentemente protestante tanto de la propiedad y empresas capitalistas, como de las esferas superiores de las clases trabajadoras, por lo que sugiere que este fenómeno se localiza en los lugares donde el capitalismo ha experimentado un avance considerable y la sociedad se ha organizado en capas profesionales y sociales.

A mi parecer, se hace una reseña, muy profunda y concurrente, y se refiere al hecho de los motivos históricos que lo impulsaron, la adscripción a una determinada confusión religiosa no aparece como causa de fenómenos económicos, sino más bien como consecuencia de los mismos.

Tras la Reforma, se percibe en Alemania una ruptura con el tradicionalismo, aunque esto por su parte no significó la eliminación del poder eclesiástico sobre la vida, así se concibe la perdurabilidad de pueblos con una fisonomía económica moderna que soportan el control de la Iglesia católica la cual castiga al hereje, pero es condescendiente con el pecador. El hecho de que, los países económicamente más progresistas y aparentemente más reformadores, se viesen sometidos de forma tan clara a una tiranía puritana, hasta ese momento desconocida, enfoca el análisis de Weber y pone los cimientos para entender a la mayor participación de los protestantes en la posesión del capital y la dirección de la economía. Se observa así, el verdadero espíritu del capitalismo, el cual se ve forzado y encuentra en el protestantismo un lugar de desarrollo ideal.

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