La Belleza Y Lo Sublime Kant
Enviado por paulinasaad • 21 de Agosto de 2013 • 529 Palabras (3 Páginas) • 562 Visitas
Creo que Kant fundó sin lugar a dudas muchos de los juicios e ideas más influyentes de la historia y vigentes en la modernidad.
La dimensión de la belleza y la experiencia estética adquieren un lugar fundamental en su crítica del juicio, el sobre todo compara lo bello y lo sublime.
La principal diferencia entre lo bello y lo sublime, según Kant, es que la belleza del objeto se impone a nuestro juicio y nos resulta naturalmente apropiada, mientras que aquello que
“provoca en nosotros el sentimiento de lo sublime, puede parecer inapropiado para nuestra facultad de representación y como si violentara la imaginación.”
El sujeto ya no es un espejo de otra realidad si no una fuente de información e imaginación desde su interior abre hacia fuera y así se proyecta. El sujeto convive solamente con aquello que surge desde sí mismo. Es receptivo a lo que le era preexistente.
Kant en su estética del juicio, piensa a la estética más allá de las apreciaciones personales respecto a lo que es bello.
Lo bello para Kant no es ni un estado propio del objeto percibido ni una percepción en la subjetividad de los individuos. La estética kantiana se basa en el principio que dice:
"Lo bello es el objeto de un placer desinteresado"
La percepción de lo bello no es hacia un fin determinado sino habla de que el conocimiento estético surge sin conceptos y sin explicaciones lógicas del contenido de belleza del objeto bello.
La belleza por su parte no expresa al objeto en sí mismo, ni genera parámetros que determinen que algo es bello en particular como puede ser cualquier objeto. El objeto bello no posee una explicación. Lo bello no surge del concepto, si no que solo surge cuando el objeto afecta al sujeto que lo presencia y observa. Por ejemplo una flor a mi me puede parecer bella por que su apariencia u olor me conmueve pero su impacto puede variar dependiendo del sujeto al que se le presente.
"La belleza es la forma de la finalidad de un objeto en cuanto ésta es
percibida sin la representación de un fin"
Por ello la belleza no brota del objeto mismo sino de cómo el sujeto que tiene la experiencia estética lo percibe. Esta belleza experimentada surge de la imaginación del sujeto, por lo que
“ …sea lo que sea el objeto (cosa o flor, animal u hombre), no es
representado y juzgado en términos de su utilidad, ni de acuerdo con
cualquier propósito al cual pueda servir, ni tampoco en vista de su
finalidad...En la imaginación estética, el objeto es representado más
bien libre de todas esas relaciones y propiedades, siendo libre él
mismo"
Por lo que la belleza de una flor por ejemplo, no obedece a un concepto específico ni tiene un fin utilitario. En el caso del
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