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La Concepción Del Alma En El Diálogo Fedón, Su Relación con Otros Diálogos Y El Mundo De Las Ideas


Enviado por   •  30 de Octubre de 2016  •  Ensayo  •  2.612 Palabras (11 Páginas)  •  317 Visitas

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Universidad  Nacional  Autónoma  De  México

Facultad De Estudios Superiores Acatlán

Filosofía

Ontología I  

Tema: La Concepción Del Alma En El Diálogo Fedón, Su Relación con Otros Diálogos Y El Mundo De Las Ideas

Alumno: Trejo Hernández Abraham Emmanuel

Grupo: 110

La idea del alma se ha definido de distintas formas a lo largo de la historia. Platón en su diálogo Fedón nos muestra una conversación en la cual se aborda dicho tópico, con argumentos de diferentes personajes con relación a la concepción que tenían de ésta.

Platón basa la prueba de la existencia del alma en la necesidad de afirmar una especie de conocimiento que es meramente independiente de la experiencia, y esta afirmación se simboliza mediante la idea de la reminiscencia.  En éste diálogo  el concepto  de alma está vinculado estrechamente con su teoría metafísica de las ideas y es por eso necesario resaltar su importancia, piensa en pruebas de la eternidad del alma en su simplicidad y en su relación esencial con la vida.

Es interesante situarnos y profundizar en los argumentos y pensamientos que tienen los participantes en Fedón, pues así podemos analizar y comparar sus distintas opiniones y tomando como punto central a su autor haré énfasis en lo más relevante de su pensar para poder tener una idea más concisa a cerca del alma, en qué consiste y si la hay o no.

Sobre la inmortalidad del alma, probar cuál es en verdad, es el principal objetivo del Fedón, pero también es cierto que no sólo éste diálogo aborda el tema, pues también lo hace en el Menón con la misma intención y otros más en los cuáles haremos hincapié más adelante pues resulta pertinente hacer distinción con respecto a su contenido y su relación con el tema. Introductoriamente es esencial conocer lo que concierne a la Teoría de la Ideas de Platón pues así será de mayor facilidad comprender los aspectos del alma.

Según esta teoría, la realidad se encuentra escindida en dos mundos por así nombrarlos: el primero es el  mundo de las ideas, mundo totalmente metafísico donde impera la verdad, formado por las ideas increadas, intangibles, invisibles, imperecederas e inmutables; entes metafísicos que “encierran” el verdadero ser de las cosas. Éste mundo ideal Platón lo ubica en un supra-mundo mejor conocido como topus uranus (que puede entenderse como una región celeste), que va a ser para éste filósofo la auténtica realidad.

A este mundo real que según él es objetivo, perfecto, que es captado por la razón, por los ojos del alma, lo opone con el segundo que es el mundo de las apariencias que es imperfecto, sensible, cambiante y efímero y es captado a través de los sentidos.

Pese a que ambos mundos son opuestos, hay una relación entre ellos: las ideas que están en el topus uranus, en este mundo celeste, son una especie de formas como moldes o arquetipos de todas las cosas tangibles que podemos observar aquí en la tierra. Cada idea es un modelo o incluso puedo llamarle paradigma de las cosas que vemos, escuchamos y tocamos; pero sin que estas cosas jamás alcancen un grado de suprema perfección de las ideas o de sus modelos correspondientes. “Las cosas que aquí vemos, en este mundo imperfecto y transitorio, no son más que copias o efímeras sombras de una realidad superior y perfectísima del mundo de las ideas.”[1]

Hago mención de lo que participa en la teoría platónica pues esta tiene una significante relación con su concepción del alma. En cuanto al diálogo, comienza cuando Fedón le cuenta a Equécrates  sobre la charla que tuvieron en la prisión el última día vivo de Sócrates pues más tarde tomaría la cicuta y perecería, y fue a consecuencia de esto es que abordan el tema del alma él y los demás participantes que se encontraban con Sócrates, es decir  Apolodoro, Cebes, Simmias y Critón quienes habían ido a visitarlo a causa de su muerte.

Es muy interesante la postura que tienes Sócrates pues él afirma que puede que sea más beneficiosa la muerte que la vida, más en los verdaderos filósofos pues son los  que más deben estar  preparados para ella y no deben tenerle miedo ya que el cuerpo impide al alma ser libre y adquirir la verdadera sabiduría como lo menciona en el diálogo.

“Cuando el alma y el cuerpo están juntos, la naturaleza ordena que el uno obedezca y sea esclavo; y que el otro tenga el imperio y el mando.”[2] Incluso menciona que el filósofo es un muerto en vida, que es el único valiente con templanza, en cambio las personas que aparentan ser valientes en verdad son cobardes pues viven la vida temiendo a la muerte, cuidando y procurando el cuerpo, cuando lo que deberían de cuidar en sí es su alma, dice también que es absurdo sentir ese temor hacia la muerte, pues nadie sabe con certeza lo que hay después de ella.

También afirma Sócrates que la vida se genera de la muerte y que el hombre es un compuesto que está constituido de cuerpo y alma, al morir éstos se separan y entonces el alma “es libre” y puede gozar de la  sabiduría, esto es muy importante pues podemos observar que la concepción de Sócrates hacia el alma consiste en que debemos ocuparnos de cuidar nuestra alma en sí y no el cuerpo, pues también él cree que el alma es inmortal a diferencia de algunas de las persona de su época que creían que  el mismo día de la muerte, el alma abandonaba su cuerpo pero en lugar de liberarse ésta desaparecía.

Como una de la pruebas que ofrece Sócrates a Cebes y a Simmias sobre la inmortalidad el alma es la reminiscencia pues sostiene que conocer no es más que recordar sobre cosas que ya habíamos aprendido en vidas pasadas.

Simmias y Cebes están de acuerdo con algunos fundamentos que les da Sócrates para demostrarles la inmortalidad del alma, pero también están en desacuerdo con algunas, Simmias y Cebes coinciden con Sócrates en cuanto a que si hay reminiscencia, pero no están de acuerdo en cuanto a que Simmias por un lado a diferencia de Sócrates que sostiene que el alma es un compuesto constituido por alma y cuerpo, piensa que el alma es una armonía y Cebes piensa que el alma no es inmortal, pues se gasta-cansa de tanto perdurar.

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