La Conducta
Enviado por cheche6682429 • 30 de Agosto de 2012 • 712 Palabras (3 Páginas) • 297 Visitas
Hay algo en las prácticas sociales que siempre ha llamado la atención de los sociólogos: ¿cómo puede ser que, en ausencia de una ley que las rija, sean compartidas por la gran mayoría de los miembros de una sociedad?
Asombrosamente, las conductas sociales nacen, luchan por hacerse camino en la sociedad y finalmente pasan a ser vistas como consolidadas. Aunque, hay que aclarar, existen diferentes grados de consolidación.
Están, en primer lugar, las que se institucionalizan, y funcionan perfectamente dentro de alguna comunidad. Muchas veces se puede encontrar esta conducta en los discursos reivindicadores de una tradición: algo que, siendo una costumbre de alguna época particular, queda fijo y se prolonga en el tiempo. Ejemplos: los festivales de folklore que reivindican una supuesta esencia de la música argentina, y las corridas de toros en algunos países como España.
En un grado superior de cristalización, están aquéllas que son reconocidas por alguna autoridad como el Estado y quedan plasmadas en el Derecho positivo. Prueba de ello son el derecho a la protesta (más allá de la criminalización frecuente que se hace de ella), pero también lo fueron hasta no hace mucho el apartheid en Sudáfrica y la discriminación racial legal en Estados Unidos hasta que se impuso el movimiento por los derechos civiles. Es decir, aquí el Estado actuaría como una fuerza que ajusta una práctica social a la ley (la protesta, para el primer caso, y la discriminación en los otros dos). Fuerza que en ningún momento actúa de manera neutra, claro está: a veces afirma conquistas de “los de abajo” y otras veces simplemente expresa la voluntad de los sectores dominantes.
Un tercer grado en la cristalización de las prácticas sociales está dado por la naturalización: sin que necesariamente intervenga la coacción estatal, hay prácticas que persisten con un rigor a veces mayor que en el caso anterior. Por supuesto, no son compartidas por todos los individuos de una sociedad (¿cuáles sí?), pero tienen fuertes implicancias en las conductas cotidianas y pareciera que invisibilizan a quienes actúan de otra manera. Ejemplo fácil, el matrimonio durante siglos fue visto como la unión de un hombre y una mujer. Era “lo natural”; es decir, lo que no se explicita porque a nadie se le ocurriría desafiarlo. Queda plasmado no en al ley sino en esa entidad oscura y amorfa que es el discurso del “sentido común”. La represión social de la homosexualidad (que en algunos estados suele estar acompañada de sanción legal) fue la que dio origen a la expresión “salir del closet”. O sea, a la idea de hacer visible algo que la sociedad creía inexistente.
Sin embargo, hay todavía un cuarto grado en la fijación de las prácticas, y está constituido por la mitologización de las mismas. Se trata de abstraer una práctica de la realidad cotidiana y colocarla
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