La Cosntitucion
Enviado por agsmile • 6 de Junio de 2014 • 457 Palabras (2 Páginas) • 197 Visitas
En la publicación de sus conferencias. Lassalle insistía siempre en
destacar. haciendo abundante uso de la letra cursiva. los términos y
afirmaciones que le parecía conveniente matizar para facilitar la lectura
y asimilación mental de sus discursos. No se olvide que éstos
perseguían casi siempre fines de vulgarización.
Nosotros hemos prescindido de anotar y apostillar por nuestra
cuenta las manifestaciones del autor llamando la atención de los lectores
españoles hacia la actualidad de ciertos asertos, destacando las
características de nuestra actual situación política y estableciendo
paralelos ilustrativos entre ésta y la de la época que Lassalle examinaba.
De otro modo, hubiéramos recargado demasiado el libro; aparte que
hemos preferido remitirnos en este punto al criterio reflexivo del lector.
Las escasas notas aclaratorias que nuestra edición lleva al pie, están
tomadas de las ediciones alemanas.
En cambio, nos ha parecido oportuno intercalar en el texto de las
conferencias una serie de epígrafes sumarios para romper así la
homogeneidad de la doctrina y facilitar un poco la lectura.
No pretenden otra cosa esas rúbricas que sintetizar muy a grandes
rasgos el contenido-sistemático de cada fragmento y nuestra es la
responsabilidad de haberlas intercalado, si en ellos no hubiese acierto.
Advertimos, finalmente que nuestra edición está hecha sobre el
texto de las Obras completas (Neue Gesammelte Ausgabe, ed. E.
Bernstein). Vol. 1, páginas 425-550.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
Para comprender debidamente los escritos de Lassalle acerca del
problema constitucional conviene echar una rápida ojeada retrospectiva
a la historia constitucional de Prusia.
El 2 de mayo de 1815. el rey Friedrich Wilhelm III prometió dar al
país una Constitución y una representación popular, pero cuando el país
hubo expulsado definitivamente. de su territorio a Napoleón faltó
vilmente a su solemne promesa. No consiguió, sin embargo, borrar del
mundo todas las huellas de la palabra dada; los acreedores del Estado,
agobiados de deudas, no se dejaban engañar tan fácilmente como los
leales súbditos de su majestad, y el 17 de enero de 1820, el rey hubo de
obligarse a no contraer nuevos empréstitos -sin oír y dar intervención a
las futuras Cortes del reino-. Esta vez, intentó cohonestar la violación
de su palabra de rey, instituyendo una Dieta provincial en cada una de
las ocho provincias prusianas. Pero estas corporaciones, que no
tardaron en caer en la impotencia más absoluta y en el más general de
los desprecios, no brindaban a los acreedores del Estado la menor
garantía,
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