La Demagogia

“El hombre es un animal político” decía el gran Aristóteles, definición que se ha degenerado a través de los siglos y los pensamientos sin razon .

El hombre es un ser que cada día se encuentra en la encrucijada del decidir y dirigir, sea cual sea su estilo de vida. En este manejar, hallamos la política, regalo de Zeus en el mito de prometeo, cuyo cantar narra el regalo divino del saber reunirse en polis y saber gobernarla, aquel regalo metaforico, cuya representacion narra la realidad de este arte de gobernar: la politica.

La política nunca ha sido un problema, el problema es el hombre- mas bien su infinita codicia- que la transmite de forma demagógica e insólitamente corrompidA a un pueblo complice en este plagio burlesco.

El gran filosofo español, gran amigo de las letras y no menos de la política Fernando Savater dijo en su español rápido, de cortas frases pero de significados profundos “los políticos no tienen discurso…..solo tienen la habilidad de denigrar al contrario”, frase que no necesita explicación alguna. Bajo sus palabras extrovertidas y bajo un ánimo juvenil y satírico, el gran filósofo intenta explicar un pensamiento de centurias, que bajo la influencia de los renacentistas, intentan fluir y llenar al pueblo de su doxa que a la vez se convierte en dogma. Compete a la razón comprender y demostrar esta questio, para cambiar un presente corrupto – sin generalidades- y de una política demagógica- casi ninguno se salva- que tiene el planeta en jaque y bajo amenaza terrorista de mate, un mate que no tardara’ en llegar sino aplicamos la medicina de la nueva política (posiblemente la vieja y abandonada política, que aunque nació con la de moda, fue cruelmente dejada por aquellos impíos corruptos antidemocráticos de sistemas atavicos). Si bien no se equivoca Savater, es hora del comienzo- no importa lo tarde que esta’.

El hombre, como animal político, hace gala de su aptitud…..en solitario, frente a si mismo y frente a Dios y su conciencia, conciencia que no escucha en publico, porque la algazara y bulla impiden su callada voz. Tenemos el ejemplo de los señores del legislativo, que en el momento en que abandonan su inocencia y pulcritud, quedan sordos de por vida. Aquella sordera y ceguera- no mencionada aun- cuyos telones de hierro y de pesos impensables, bajan con velocidades inverosímiles, acabando con la vida de la conciencia, conciencia que trato de sobrevivir y que ahora nadie llora……ni llorara’.

Hay que cambiar nuestra educación, e infundir la verdadera política, donde todos participen y se exciten. Política que cumpla el verdadero ideal democrático ( que da pena mencionar) y se establezca como método para liberar al pueblo condenado al cataclismo

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