La Educación Y El Conocimiento; Una Perspectiva Filosófica.
Enviado por • 25 de Junio de 2015 • 2.028 Palabras (9 Páginas) • 209 Visitas
La educación y el Conocimiento; una perspectiva filosófica.
“Enseñar no es transferir conocimiento, Sino crear las posibilidades para su propia Producción o Construcción”
Paulo Freire
INTRODUCCIÓN
Platón a través del mito de la caverna intenta revelar construyendo un paradigma que explique la condición humana: Platón explica "el mundo de las ideas" y cómo se puede llegar a él, para comprobar que todos los ahí encadenados lo que veían sólo era un reflejo de la verdadera realidad.
El mundo de sombras simboliza para Platón, el mundo físico de las apariencias, es decir el mundo sensible; en el mundo sensible se capta únicamente, las sombras de la verdadera y perfecta realidad, que está en otro mundo, invisible a nuestra percepción sensible. La escapada al exterior de la caverna por uno de ellos, simboliza la transición hacia el mundo real, el acceso a un nivel superior de conocimiento, el acceso a este nivel de conocimiento viene acompañado por un camino difícil, conseguir llegar a este mundo real (verdad) es difícil.
En consecuencia:
“En toda conducta consciente hay… un doble proceso de organización selectiva. Por una Parte el sistema de valores del individuo, su activo complejo cultural, su personalidad, se enfocan en una dirección particular, hacia un objetivo particular… Por otra, ciertos aspectos externos de la realidad son selectivamente relacionados con la valoración dirigente, se distinguen del resto del mundo externo, en ciertos sentidos, son sacados de él, ya que ahora llegan a ser factores valiosos, medios, obstáculos o condiciones que tienen que ver con el valor dirigente. El sistema interior, o externo, es “iluminado” por ese enfoque, y la parte que cae dentro del haz luminoso se transforma de mera exterioridad en algo que también pertenece al mundo de los valores, como vehículo, accesorio, obstáculo y costo de la obtención del valor”, Maclver (1949) apud. (Timasheff; 2006; 318)
Por lo anterior, nos encontramos en un mundo lleno de misterios, los cuales desde el principio de los tiempos han despertado la curiosidad de los primeros humanos, quienes se interesaron por encontrar respuestas al gran número de dudas que han surgido, tales como: ¿por qué el día y la noche?, ¿por qué llueve?, ¿por qué tiembla?, entre otros.
Fueron principalmente los fenómenos naturales los que en un principio generaron esa inquietud, ya que podían ser percibidos a través de los sentidos sin mucho esfuerzo, sin embargo, no fue suficiente para lograr comprenderlos, se tenían ideas vagas, establecían relaciones entre un fenómeno y otro, en palabras de Rousseau (1981) se diría que el conocimiento es la consecuencia de la correspondencia de la naturaleza, con los hombres y con las cosas, la compostura que la naturaleza tiene, tiene que ver con el perfeccionamiento interno de las facultades y los órganos de todo ser humano.
De igual manera que nuestros ancestros, el niño en edad preescolar, se encuentra en la etapa de conocimiento y por consecuencia busca respuestas, este escrito pretende precisar una serie de ideas que intentan explicar cuál es el proceso interno del niño, cómo aprende en la vida, en otras palabras se trata de conocer de qué manera la educación transforma ese saber cotidiano o conocimientos previos en un saber estructurado con base en conocimiento formal.
Por otro lado, las relaciones que los seres humanos establecen con su entorno (natural y social), determina ciertos comportamientos que a su vez se convierten en conocimientos, así “Toda reflexión sobre la acción propia o de los demás lleva consigo una reflexión sobre el habitus que la sustenta” (Perrenoud, 2001, p. 137).
De aquí que, surja la necesidad de reflexionar en torno a las acciones, es cierto que todo individuo crea sus explicaciones basadas o no de la razón (vida cotidiana o cotidianeidad), el presente escrito trastoca, cómo el niño transforma sus conocimientos a través de procesos mentales, y cómo el entorno influye y determina qué es lo que el individuo aprende, que sin duda, obliga a reconocer, interpretar la filosofía como disciplina importante en la vida escolar.
DESARROLLO
De manera inicial es necesario reconocer que el niño es un ser pensante, que va adquiriendo conocimientos al tiempo que se desarrolla física y mentalmente, por lo que en la medida de su desarrollo se dará su nivel de aprendizaje.
Por lo que se refiere a el alumno en edad preescolar, se encuentra en la etapa preoperacional en la que “el niño demuestra una mayor habilidad para emplear símbolos -gestos, palabras, números e imágenes- con los cuales representar las cosas reales del entorno” (Meece, J. 2000, p. 105), por lo tanto la interpretación que hace del mundo es aún limitada o mejor dicho corresponde a su proceso experiencial con base a su edad como se ha dicho.
Al mismo tiempo que el pequeño va creando su propia filosofía , tratando de dar sentido a su realidad, a su manera, comienza a reflexionar el ¿por qué? de las cosas, realizando procesos internos de asimilación y acomodación de sus esquemas mentales, es ahí donde radica la propia naturaleza del hombre, siempre en busca de la verdad, de conocer lo desconocido y de encontrar respuestas a sus interrogantes.
Si bien el niño va creando su conocimiento y estableciendo ideas del mundo que le rodea, no siempre son las correctas, sin embargo, ese instinto de conocer lo llevará a establecer conjuntos de acciones físicas, de operaciones mentales, de conceptos o teorías con los cuales organizan y adquiere la información que requiere desde la filosofía sería el proceso de alteridad. Indiscutiblemente, es así como la filosofía entendida como la búsqueda de la verdad (el conocimiento de la realidad) cumple su función educadora, el niño a partir de preguntarse va reflexionando lo que sucede a su alrededor tanto familiar como social.
Bajo esta idea, el niño aprende concepciones de su entorno y de las relaciones que establecemos con él, en el entendido de que “somos los únicos seres capaces de ser objeto y sujeto de las relaciones que trabajamos con los otros y con la historia que hacemos y que nos hace y rehace” (Freire, 2002, p. 124), y esas relaciones se dan únicamente mediante la práctica (reconstrucción dialéctica de la realidad), dando como resultado la conciencia del conocimiento en el niño, incitándolo el crecimiento de su conocimiento.
El deseo que despierta la curiosidad e inteligencia del niño, mismo
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