La Etica De Las Virtudes Según Aristoteles

La ética de las virtudes

El pensamiento ético de Aristóteles, está plasmado en tres obras: Gran Ética, Ética a Eudemo y Ética a Nicómaco, en estas define a las acciones no buenas en sí mismas, sino cuando producen el bien y felicidad del hombre. Según esto, la ética no es una ciencia sino que es un conocimiento. Para el la felicidad es una actividad constante que permite a el hombre actuar y funcionar como hombre.

En el primer libro de “Ética a Nicómaco” Aristóteles dice que un hombre es sabio cuando comprende las cosas y cuando sabe escuchar consejos, un hombre es inútil cuando no retiene en su mente las palabras de otro. También llama a la felicidad una actividad propia del alma.

En el segundo libro toca el tema de los tipos de éticas y explica la virtud en el hombre.

Para Aristóteles la virtud es como la excelencia, es la acción más apropiada a la naturaleza de cada ser; para él, es la excelencia de la parte más esencial en el hombre que es el alma.

El alma está dividida en dos partes, la racional y la irracional, pero esta parte irracional debe seguir los dictados de la parte racional, por ello las virtudes éticas responden a la parte racional de ella.

Hay dos clases de virtudes. Las éticas y las dianoéticas, las dos expresan la excelencia del hombre y como con su logro se alcanza la felicidad.

Las virtudes dianoéticas o intelectuales, son las que se adquieres por medio de la enseñanza y requieren de tiempo y experiencia. Para Aristóteles, la prudencia es la mejor forma para alcanzar la felicidad, ya que esta guía por encima de las demás, a la parte irracional. La sabiduría se refiere simplemente a lo necesario, en cambio la prudencia se refiere a la capacidad de deliberar sobre las cosas que pueden suceder, esta virtud no la tienen ni los animales ni los dioses.

Las virtudes éticas son hábitos, lo que quiere decir que no son dones dados por la naturaleza, son adquiridas a través de costumbres. Un claro ejemplo es cuando queremos algo, para obtenerlo hacemos un acto que consta de tres pasos que son: la volición, la deliberación y la decisión. Primero se presenta la voluntad o el deseo, luego la busca de varias opciones para obtenerlo y luego la decisión de cuál es la mejor manera para lograr ese fin; una vez elegida y ejecutada, sabré si he tomado la decisión correcta o equivocada, si ha sido correcta, la ejecutare de nuevo en el futuro, lo que generó una costumbre o habito.

"La virtud (areté) es un hábito [o disposición adquirida] de la voluntad consistente en un término medio en relación con nosotros; [término medio] que es determinado racionalmente por una regla recta (órthos lógos), aquella por medio de la cual lo determinaría un hombre dotado de sabiduría práctica" (phrónimos) (Ética a Nicómaco, II, 6, 1106b 3-6).

También explica que la virtud es un término medio, y que por ello es trabajoso ser bueno, ya que es difícil hallar un balance en las cosas.

En el tercer libro, habla de que el hombre no actúa por medio del hábito sino por medio de elecciones; también habla sobre las opiniones y las elecciones. Por lo cual la opinión se distingue por

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