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La Eudaimonía Del Hombre


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  585 Palabras (3 Páginas)  •  632 Visitas

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«Todos los hombres aspiran a la felicidad».

Esta es una, por no decir que la única aspiración más digna de todo ser humano; la de vivir «en plenitud». Pero los problemas comenzarán cuando empecemos a establecer en

qué consiste esta plenitud y cómo lograr que nuestra vida sea desbordante, o mejor dicho plena, esto no es sólo vivir satisfecho, sino estar a punto de sobrepasar los límites de nuestra propia existencia. A demás de la que existe en común, no todos coincidimos con el modo de interpretar la felicidad, hay personas que son felices; siendo competitivas, para poder destacarse; las temerarias, que van en función de superar retos osados; contemplativas, son las que tienen una moderación en todo; las masoquistas, que les gusta sentir dolor.

En este desbordante que supera el hecho de estar contento, consiste en el exceso de felicidad.

La felicidad competitiva, de finalidad depende del logro de una meta personal, pero no necesariamente a costa de un rival; mientras que en la felicidad competitiva el triunfo es siempre a expensas de un rival, y generalmente a costa de grandes esfuerzos.

“tus metas están tan altas como tu ser quiera alcanzarlas”

Acerca de las personas que son felices con el riesgo. Esta felicidad la extrae, por supuesto, no de enfrentarse al riesgo, sino de superarlo; en el momento en que están a salvo después del peligro, sienten correr por sus venas la adrenalina de la felicidad personal. "Mide la vida por las cosas que cortan la respiración no por las veces que respires".

La contemplativa, considerando tanto la autodestrucción del que renuncia a sus deseos/sueños, como la desgracia del que se rinde a ellos, existe un camino en medio, que no es más que perder los propios deseos. Es decir, que rechazaba el masoquismo y las numerosas e inevitables decepciones del hedonismo empedernido, para quedarse entre ambos extremos.

«... el placer perfecciona la actividad, y por tanto también el vivir, que es lo

que todos desean. Es razonable, pues, aspirar también al placer, pues

completa nuestra vida, que es deseable por sí misma».

La felicidad masoquista, es la felicidad del dolor, antítesis del hedonismo. Cuanto más sobria, severa y restringida sea la vida, mayor es la felicidad para las personas que escogen esta clase de dicha. Por eso es que cuando siente dolor son felices, pero como el ser masoquista, odia ser feliz, tratara de buscar placer, buscando dolor; así, cuando encuentra el dolor, es feliz otra vez, y recurre otra vez al dolor,

El propio Aristóteles señaló que un día feliz no hace que podamos llamar feliz a un hombre. De ahí que la felicidad no pueda ser solo un estado emocional, sólo un placer preciso, sólo una habilidad común, o sólo un bienestar efímero. No puede tener un carácter puntual unido a un único momento de nuestra vida, o a sólo una faceta de la

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