Etapas Del Hombre

Infancia y sociedad

Capitulo 7: ocho edades del hombre

1. Confianza básica VS desconfianza básica

La primera demostración de confianza social en el niño pequeño es la facilidad de su alimentación, la profundidad de su sueño y la relación de sus intestinos. La experiencia de una regulación mutua entre sus capacidades cada vez más receptivas y las técnicas maternales de abastecimiento, lo ayuda gradualmente a contrarrestar el malestar provocado por la inmadurez de la homeostasis con que ha nacido.

El primer logro social del niño, es la disposición a permitir que la madre se aleje de su lado sin experimentar indebida ansiedad o rabia, porque ella se ha convertido en una convicción interior así como en algo exterior previsible; esta persistencia proporciona un sentimiento rudimentario de identidad yoica que depende del reconocimiento de que existe una población interna de sensaciones e imágenes recordadas y anticipadas que están firmemente correlacionadas con la población externa de cosas y personas familiares previsibles.

El ensayo y la verificación constantes de la relación entre adentro y afuera tiene su prueba crucial durante las rabietas de la etapa del morder; al parecer la acción de “morder” ofrece algún alivio que siente el niño en esta etapa. La aparición de los dientes parece tener una significación prototípica y podría muy bien constituir el modelo de la tendencia masoquista a lograr un bienestar cruel disfrutando con el propio dolor toda vez que a uno le resulta imposible impedir una perdida significativa.

El firme establecimiento de patrones perdurables para la solución del conflicto nuclear de la confianza básica versus la desconfianza básica en la mera existencia constituye la primera tarea del yo, y por ende, en primer lugar uta tarea para el cuidado materno.

Las madres crean en sus hijos un sentimiento de confianza mediante el cuidado de las necesidades individuales del niño y un firme sentido de confiabilidad personal dentro del marco seguro del estilo de vida de su cultura.

Los padres no sólo deben contar con ciertas maneras de guiar a través de la prohibición y el permiso, sin que también deben estar en condiciones de representar para el niño una convicción profunda de que todo lo que hacen tiene un significado. (Los niños no se vuelven neuróticos a causa de frustraciones, sino de la falta o la perdida de significado social en esas frustraciones).

El elemento básico de la organización social esta relacionado con ella, esta se trata de una relación doble: el hombre trae esas instituciones, los retos de su mentalidad infantil y su fervor juvenil, y recibe de ellas, siempre y cuando logren conservar su realidad, un esfuerzo para sus adquisiciones infantiles.

2. Autonomía VS vergüenza y duda:

La autonomía supone un control exterior, el niño debe llegar a sentir fe básica en la existencia, que no correrá peligro ante su súbito cambio de actitud; esta firmeza debe protegerlo contra la anarquía potencial de su sentido de discriminación aun no adiestrado, su incapacidad para retener y soltar con discreción, debe protegerlo también contra las experiencias arbitrarias y carentes de sentido y de la vergüenza y la duda; el ultimo peligro es si el niño se niega a la autonomía de la libre elección, esta se puede debilitar por la perdida inicial de la confianza, si esto sucede el volverá contra sí mismo toda su urgencia de discriminar y manipular, se sobre manipulará a él mismo desarrollara una conciencia precoz, se obsesionara con su propia repitividad; mediante esta obsesion aprende a reposeer el medio ambiente y a adquirir poder mediante un control empecinado y detallado donde no hay regulación.

La vergüenza supone que uno no esta completamente expuesto y consciente de ser mirado, uno no esta consciente de uno mismo; la vergüenza se expresa en un impulso de ocultar el rostro.

La vergüenza visual precede a la culpa auditiva, que es un sentimiento de maldad que uno experimenta en total soledad, cuando nadie observa y cuando todo esta en silencio, excepto la voz del superyó. La provocación excesiva de vergüenza no lleva al niño a una corrección genuina, sino a una secreta decisión de tratar de hacer las cosas impunemente, sin que nadie lo vea.

La duda es un sentimiento con respecto a todo lo que uno ha dejado atrás, constituye un sustrato para formas posteriores y más verbales de duda compulsiva, encuentra su expresión adulta en temores paranoicos concernientes a perseguidores ocultos y a persecuciones secretas que amenazan desde atrás.

Esta etapa se vuelve decisiva para la proporción de amor y odio, cooperación y terquedad, libertad de autoexpresión y su supresión.

3. Iniciativa VS culpa

En todas las etapas hay en cada niño un nuevo milagro de desenvolvimientos vigoroso, que constituye una nueva esperanza y una nueva responsabilidad par todos.

La iniciativa agrega a la autonomía la cualidad de la empresa, el planeamiento y el “ataque” de una tarea por el mero hecho de estar activa y en movimiento. La etapa ambulatoria y la de la genitalidad infantil suman al inventario de modalidades sociales básicas la de “conquistar”, primero en el sentido de “buscar el propio beneficio”; no hay para expresarlo

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