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La Necesidad De Educar Para La Autonomía


Enviado por   •  6 de Febrero de 2013  •  3.244 Palabras (13 Páginas)  •  558 Visitas

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Educar para la autonomía,

una alternativa a la violencia.

Por: Helena

Sumario:

• ¿Por qué es necesario que la educación realice un viraje hacia el sujeto?

• La manifestación de la violencia y la agresividad.

• La heteronomía y la adhesión ciega a los colectivos. Los jóvenes como objeto de manipulación.

• Autonomía versus heteronomía.

• La educación para la autonomía como alternativa a la violencia.

“La capacidad de dudar, de criticar y de desobedecer puede ser todo lo que media entre

la posibilidad de un futuro para la humanidad, y el fin de la civilización”

Erich Fromm.

¿Por qué es necesario que la educación realice un viraje hacia el sujeto?

Para esbozar una posible respuesta a esta interrogante, propongo realizar una breve reflexión a partir de la siguiente hipótesis: nuestra sociedad constituye un peligroso caldo de cultivo para la manifestación de la violencia pues la prolongada situación de injusticia social, sustentada en la manipulación y en la obediencia, sumergen al sujeto en una lógica de consumo exacerbado que no hace más que alimentar un círculo perverso. La educación para la autonomía, constituye una alternativa a este estado de cosas, para promover una transformación a nivel individual y social mediante la liberación del potencial crítico.

Mi propuesta es argumentar a favor de esta hipótesis en concordancia con la línea de pensamiento de Theodor Adorno y Erich Fromm y su orientación teórica, práctica y crítica. El énfasis estará puesto en la necesidad y el anhelo de que la educación, promueva la construcción de un sujeto autónomo para evitar la repetición de la barbarie, así como la necesidad de evidenciar los mecanismos que la sustentan.

La manifestación de la violencia:

En torno al quehacer educativo, al enfrentarnos a la violencia y la agresividad, se nos presentan interrogantes específicas: ¿Cómo y por qué se manifiestan la agresividad y la violencia?, ¿cómo están relacionadas tales manifestaciones con la manipulación y la obediencia ?. Intentar hallar respuestas o posibles soluciones, es parte de la noble tarea docente para así, apostar a un futuro mejor y ¿por qué no?, a un presente más humanizado.

Coincido con T. Adorno cuando en una de sus conferencias expresa que: “La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas las que hay que plantear a la educación” Para el autor la educación se yergue como el medio ideal para evitar la reiteración de la barbarie, a la cual podemos entender como la violencia desmedida, en estado de latencia en toda sociedad. El viraje hacia el sujeto, implica descubrir los mecanismos que hicieron posible la violencia del genocidio. Dichos mecanismos están vinculados con la manipulación de las masas, de los colectivos y su obediencia a la autoridad. Sus pilares son en definitiva, la educación para la heteronomía con ideales tendientes a disolver las individualidades. En la educación actual, en Uruguay, podríamos hablar de la necesidad de develar y concientizar acerca de los peligros que entraña la agresividad, la manipulación para el consumo y la concientización de la violencia en los discursos hegemónicos.

Para Adorno, la educación ha de llevarse a cabo, “en primer lugar, educación en la infancia, sobre todo en la primera; seguidamente, ilustración general llamada a crear un clima espiritual, cultural y social que no permita una repetición; un clima, pues, en el que los motivos que llevaron al horror se hayan hecho en cierto modo consientes:”

Hablar de la barbarie, de la violencia, así como de sus posibles causas, es necesario para concientizar y desnaturalizar aquello que debido a su constante presencia, produce indiferencia. Las causas y consecuencias de los regímenes totalitarios, como los que tuvieron lugar en la Alemania nazi o las posteriores y las nefastas dictaduras latinoamericanas, entre ellas la uruguaya, constituyen modelos de barbarie sustentados en la injusticia, la violencia, la manipulación y la heteronomía que desgarraron nuestra sociedad y nos legaron profundas cicatrices.

Resulta urgente el viraje hacia el sujeto, ya que las posibilidades de transformación son reducidas a lo subjetivo, a los miembros de la sociedad. Hay que combatir la insensibilidad de los sujetos, su agresividad, pero en el entendido de que es la sociedad la que la promueve mediante sus instituciones. En este sentido, si bien la Escuela tiene un papel fundamental ya que “es el medio de socialización mediante la enseñanza de conocimientos legitimados públicamente , constituye una de las instituciones del sistema pero, no es sensato atribuirle toda la responsabilidad.

Es notoria cierta tendencia presente a verter todo el peso sobre el sistema educativo. Dichos planteos no hacen el debido acopio de una problemática inserta en múltiples factores sociales y cargan sobre los hombros de la educación las consecuencias de las sórdidas condiciones socioeconómicas. Así lo expresaba el director de CERES, Ernesto Talvi, en la apertura de la Conferencia ¿Cómo evitar el flagelo de la delincuencia juvenil?, realizada en días precedentes: “el fracaso educativo se ha transformado en una `fábrica del delito` en nuestra sociedad”, pero agrega: "nadie a quien se le dé una oportunidad de vivir dignamente de un trabajo legal e integrado al corazón de la sociedad en la que vive, elegiría el camino del delito. Y a pesar de todo, la mayoría no lo hace. Pero lo cierto es que en el Uruguay de hoy esa oportunidad de vivir dignamente muchos ya no la tienen".

Debemos tomar conciencia de que la violencia va a persistir en tanto se mantenga la estructura básica de la sociedad, mientras perduren sus condiciones. Por lo tanto, los medios de reproducción y legitimación de la sociedad refuerzan la violencia ya que la presión civilizatoria, se expresa como violencia contenida pero no sometida.

El planteo de Adorno parte de la tesis propuesta en “El malestar en la cultura” de Freud, quien propugna que los sujetos padecen la presión civilizatoria; un sentimiento social de encierro que refuerza la furia violenta contra la civilización. La presión civilizatoria es la presión de lo general sobre lo particular, desintegra lo particular y la capacidad de resistencia. Es entonces cuando aparece en el sujeto la rebeldía o la vulnerabilidad. En ambos casos, el riesgo es el acatamiento en forma de sometimiento a una autoridad, a un líder o a la integración en los colectivos en los que

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