La Relación médico Paciente
Enviado por aldom666 • 6 de Marzo de 2012 • 3.971 Palabras (16 Páginas) • 1.109 Visitas
RELACION MEDICO PACIENTE
El objetivo principal de la medicina es el enfermo.
Las instituciones de salud por medio de los trabajadores de la salud, entre los cuales se encuentra el médico, se encargan de la asistencia médica a la población por lo que bien se podría hablar de la relación del paciente con el equipo de salud.
En la medicina privada el médico se relaciona directamente con el paciente.
De manera más particular y específica nos referiremos a la Relación Médico Paciente (RMP) que se define como la interacción entre el médico y el paciente con el fin de devolverle la salud, aliviar su padecimiento y prevenir las enfermedades.
La RMP es la parte más importante de todas las acciones médicas y es el eje que determina las medidas diagnósticas y terapéuticas que se toman en bien del enfermo.
La RMP se basa principalmente en el respeto y en la confianza mutuas.
El médico y el paciente se pueden relacionar de diferentes maneras, que han ido cambiando al paso del tiempo, y que se refieren al grado de participación de cada uno de ellos.
El modelo Paternalista se inicia desde el principio de la Historia pues siempre ha habido algunas personas que se enferman y otras que tratan de aliviar su padecimiento, en éste tipo de RMP el médico actúa de manera activa y el paciente lo hace pasivamente, el médico tiene la autoridad y el conocimiento para ayudar, sanar y salvar la vida, decide lo que hay que hacer y tiene toda la responsabilidad. El paciente está en una situación de inferioridad, no interviene en las decisiones solamente las acata.
Se trata de una relación vertical, es un vínculo parecido al que tienen los padres con sus hijos pequeños y donde se supone que todo se hace en beneficio del enfermo.
Esta manera de relacionarse ha cambiado, pero no ha desaparecido del todo porque cuando se realiza con humanismo y de buena fe beneficia a muchos pacientes y llena todas sus necesidades.
Desde la década de los años 50s. del siglo pasado se empiezan a conocer y a difundir los derechos de los enfermos, sobre todo los que se refieren a su autonomía y autodeterminación, entonces se inicia el proceso de emancipación del paciente cuando empieza a asimilar y a ejercer sus derechos, por lo que desea participar en las decisiones médicas, exige que se le informe de todo lo relacionado con el curso de su enfermedad con el fin de aceptar ó rechazar los procedimientos diagnostico-terapéuticos según su conveniencia, quiere tomar decisiones sobre su propio cuerpo en función a su proyecto de vida, ya no toma una actitud pasiva. El Consentimiento Informado es el ejemplo más claro de ésta nueva situación ya que es una obligación del médico enterar al paciente de todo lo que se le va a hacer con respecto a su enfermedad y el paciente puede aceptar ó negarse libremente a los estudios diagnósticos ó procedimientos terapéuticos que están planeados para él.
Es una relación progresivamente horizontal.
Los derechos del paciente prevalecen, se afirman sus derechos a los servicios de salud y hay respeto por su autonomía.
El médico aún propone el plan a seguir pero el enfermo dice la última palabra, la autoridad del médico ya esta limitada, la participación es mutua, el paciente lleva a cabo las indicaciones médicas y puede sugerir alternativas. Las dos partes asumen la responsabilidad.
En la actualidad ya se presentan otras situaciones donde el paciente es el que toma las decisiones y el médico participa; esto surge desde que al enfermo se le empieza a considerar como un” usuario” de los servicios médicos. Ejemplos: el paciente acude al consultorio para que el médico le recete algún medicamento que él desea como por ejemplo: vitaminas, antigripales, medicamentos para evitar la caída de pelo, para adelgazar, etc. ó bien solicita que el cirujano le practique determinada cirugía que él desea para tener una mejor apariencia física: Cirugía de nariz, de párpados, de senos, de glúteos, etc. El médico pierde la iniciativa y la autoridad y se convierte en un colaborador del paciente ó “usuario”.
Quizá el mejor modelo de la RMP es la participación mutua, donde las dos partes asumen la responsabilidad y deciden libremente la mejor manera de resolver los problemas del paciente; los dos tienen el mismo objetivo final que es el bienestar del enfermo, hay confianza y respeto de las dos partes, tienen obligaciones y beneficios, se respetan los derechos de los dos.
En la RMP influye la personalidad del médico y del enfermo, a éste respecto se consideran diferentes tipos:
TIPOS DE MEDICO.
El médico paternalista asume la posición de padre y tiene actitudes protectoras tratando al paciente como a un niño y no lo considera capaz de participar en las decisiones médicas, siempre cree que él tiene la razón por lo que se debe hacer lo que él manda.
El médico agresivo tiene un temperamento irritable en el trato con el paciente, fácilmente se enoja y lo trata mal, puede tomar decisiones precipitadas que no siempre tienen un resultado feliz, los pacientes que lo conocen están temerosos de contradecirlo para no despertar su mal humor.
El médico inseguro siempre esta dudando de sus propias acciones y cambia de opinión frecuentemente y sin razón aparente; éste tipo de médico generalmente tiene pocos conocimientos y/ó poca experiencia, cuando el enfermo se da cuenta pierde la confianza en él.
El médico frustrado trabaja a disgusto porque cree que debe estar desempeñando un trabajo de mayor jerarquía ó mejor pagado, no ha alcanzado los ideales que se había propuesto en su vida, es el caso de un medico especialista que se ve obligado a estar laborando como médico general en alguna institución. Trata de terminar lo más rápido que sea posible su consulta y se comporta fría e indiferentemente con el enfermo.
El médico pesimista tiende a ver una mayor gravedad en los pacientes que atiende, expresa desánimo y desesperanza aún antes de conocer el diagnóstico del paciente, esta forma de proceder ocasiona angustia y miedo a los enfermos.
Al médico optimista, por el contrario, todo le parece sencillo, fácil y sin riesgo. Casi siempre le promete al enfermo una buena evolución de su padecimiento, pero cuando los resultados no son buenos y se presentan complicaciones el paciente se considera engañado y defraudado y demanda por mala practica al médico.
El médico ideal, además de tener suficientes conocimientos y destrezas, procurará estudiar continuamente para estar actualizado y ofrecerle al paciente el mejor manejo médico posible, tener buen razonamiento y juicio clínico, sentir respeto
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