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La Revalorizacion Del Sujeto Ontologico Individual


Enviado por   •  9 de Junio de 2014  •  1.776 Palabras (8 Páginas)  •  383 Visitas

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Tradición critica

4 de junio del 2014

“Lo que aquí te recuerdo no es nuevo: bajo todas las formas religiosas y metafísicas, los hombres han creído y creerán siempre en la persistencia del yo; pero mi idea, la mía, de la que te hablo en la región del ideal, es que ese yo inmortal no esta contenido sino parcialmente en el hombre visible. El hombre visible es sólo el resultado de una emanación del hombre invisible, y éste, la verdadera unidad de su alma, la faz real, durable y divina de su vida, le está velado.

La revalorización del sujeto ontológico individual.

Como bien sabemos la historia de la filosofía se puede dividir en diversas etapas, dentro de este recorrido histórico han surgido sistemas filosóficos de gran importancia para nuestra sociedad occidental. Si nos situamos en el concepto de sujeto (hombre), nos daremos cuenta de que desde el inicio de la filosofía moderna la concepción de dicho concepto se ha ido quedando en el olvido, en pocas palabras se ha desvalorizado. El concepto perdió valor ya que la discusión giraba en aras de la ciencia, la lógica y la obtención de respuestas usando conceptos en un sentido mas objetivo.

De modo que la sociedad se olvido de tomar en cuenta al sujeto (hombre) como tal y lo incorporo a meros sistemas, se dedico a determinarlo para dar explicaciones sistemáticas de su conocimiento, o de sus acciones etc. Dejando así a un lado toda concepción individual del sujeto, encasillándolo en una definición determinada, al punto de llegar a verlo como objeto, o como conjunto de objetos.

Una visión de este tipo nos lleva a ver al sujeto como algo pasivo (en el sentido de autorrealización), por eso es que me dedicare a dar una breve introducción a lo que podría ser una filosofía de la existencia, siguiendo el razonamiento podremos ir dejando por sentado la revalorización del sujeto ontológico individual.

Ser (como sujeto).

Dentro de la escuela de Elea, Parmenides dejo en claro que al hablar de ser se hablaba de existencia, “el ser es” , por medio de esta idea damos por entendido que el hablar de ser, nos referimos a existencia, situando el termino de existencia fuera de todo ámbito teleológico, o dirigida hacia algún fin ulterior a ella. Hasta ahora el término ser quedara solo como un concepto abstracto, en el cual la existencia se pronuncia como una simple presencia, se refiere solamente a apariencia.

EXTR.- <<Puesto que nosotros estamos en un aprieto, mostradnos en forma adecuada qué queréis manifestar cuando mencionáis lo que es. Es evidente que se trata de algo que vosotros conocéis desde hace mucho, y que nosotros mismos comprendíamos hasta este momento, pero que ahora nos pone en dificultades. Enseñadnos, entonces, eso en primer lugar, para que no creamos que comprendemos lo que decís, cuando en realidad sucede lo contrario.>>

Por ello se propone hacer una revalorización del concepto ser, dirigiéndolo hacia un ente en particular el “hombre”. El hombre es un ente existente, el hombre es, pero esta existencia esta referida precisamente a una esfera de simple presencia, buscando aquí más bien referirnos a la existencia en forma de acción, ya que podemos decir que el hombre es y se distingue como sujeto y no como un objeto desde el momento en el que muestra su potencialidad o esfuerzo por vivir, por existir, en todo caso por ser.

En condiciones normales nada nos parece tan seguro y establecido como la sensación de nuestra mismidad, de nuestro propio yo. Este yo se nos presenta como algo independiente, unitario, bien desmarcado frente a todo lo demás.

En todo caso el sujeto mismo es el encargado de autoafirmarse como existente, ya que cada quien se da cuenta de su propia existencia, ya sea que hablemos de un sujeto que se autoafirma en base de un absoluto, o uno que se afirma y que va mas allá de ese absoluto.

El héroe trágico ha concluido pronto, ha terminado pronto el combate; ha cumplido el movimiento infinito y ahora halla seguridad en lo general. Por el contrario, el caballero de la fe no conoce el reposo, su prueba es constante, a cada instante tiene una posibilidad de retornar, arrepintiéndose, al seno de lo general, y esa posibilidad puede ser crisis tan bien como verdad. No puede pedir a nadie que lo ilumine, porque entonces estaría fuera de la paradoja.

De este modo podemos entender al ser (la existencia) como referida a un sujeto, superando así el ámbito de las apariencias, la simple presencia, constituyendo al hombre como existente, permitiéndonos entrar en un panorama mas amplio, que nos permitirá hablar de un sujeto ontológico. El hombre que es, se denomina como el hombre que existe, que vive y se autoafirma, en todo caso un sujeto ontológico.

Ser (como sujeto individual).

Si ser se refiere a un sujeto existente, no queda duda ahora de que el concepto ser ya no será un concepto sin portador, el ser (la existencia) esta referida a un sujeto (hombre), la cuestión ahora es saber como es que cada sujeto existente se constituye individualmente, y a su vez esta individualidad le permita autoafirmar su existencia, constituyéndose así como sujeto ontológico individual.

Si el hombre vive dentro de una comunidad este vivirá aceptando los acuerdos que se establezcan dentro de ella, no irrumpirá contra dichos acuerdos ya que siempre intentara estar dentro de los estándares impuestos, tratando siempre de buscar sus comodidades, vivirá quieto ante cualquier estimulo que su naturaleza le ofrezca gozar, sintiendo que es feliz aunque esta felicidad este medianamente otorgada a el.

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