La cena de la vida
Enviado por fla_grego • 25 de Septiembre de 2012 • Trabajo • 471 Palabras (2 Páginas) • 452 Visitas
La cena de la vida
¿No es la comunión del cuerpo de Cristo? Es el pan que compartimos
“la iglesia hace la eucaristía y la eucaristía es la iglesia”
Toda eucaristía es de hecho comunitaria.
Eucaristía es la verdadera ocasión de compartir los alimentos como se comparte la vida-
“tú nos consideraste dignos de estar en tu presencia y servirte”
El papa Juan XXIII: vuelvan a las fuentes de la Fe y al mismo tiempo, insértense en la realidad actual del mundo
CEBs:
Iglesia que nace del pueblo con la fortaleza y fuerza del espíritu Santo.
La centralidad de la palabra hace que, no solamente la Eucaristía sea el punto culmine de los encuentros, sino que todo lo que se hace y se vive, adquiere una dimensión eucarística. Como forma de Iglesia- o – comunión y donación de vida.
La Eucaristía es el momento fuerte de compartir la palabra y el pan, el tiempo de compartir la vida y denunciar las injusticias.
La eucaristía debe ser semilla de un mundo y una iglesia más igualitaria para todos.
El memorial de Jesús en la cruz no como un sacrificio ritual o religioso, sino como una donación total por el otro y una propuesta de vida.
Vivir la eucaristía es más que celebrarla, es la fuente de amor y proyecto de vida libre y plena para todos.
Que sean todo un solo cuerpo
Aparecen y no lo reconocen, aparecen atravesando las paredes y puertas: “como un fantasma”
Esto nos invita a ver que el señor, oculto a los ojos humanos nos deja en la Eucaristía la otra forma de presencia y pide que en la Eucaristía lo hagamos presente.
La Eucaristía que nos sirve para creer en comunión, no cumple con su pleno objetivo.
Jesús como cuerpo místico en la eucaristía.
Cuanto más fuertes sea este amor fraterno entre nosotros aun con los limites humanos, tanto más fuertemente la palabra de Dios puede ser proclamada porque tiene el cual de nuestra vida, personal y comunitaria. Esto es fundamental para la Evangelización.
La Eucaristía como mandato nuevo impuesto por Jesús en la última cena.
Es casi como Jesús quiere ser vida después de la resurrección.
Unión a través de la Eucaristía.- don del espíritu: en la comunión nos vamos pareciendo más a Jesús y a hermanos.
La alegría como fruto del amor, es el fruto de la caridad. Comulgar es vivir permanentemente en actitud de reconciliación con dios, consigo mismo, con los demás.
Despojarnos de nosotros mismo, del egoísmo, de lo material, de lo terrenal, del pecado que nos aleja de Dios.
Humillarnos con sinceridad como Cristo lo hizo en la cruz por nosotros, sin reproches ni miedos, completamente y enteramente en manos de dios y bajo su Voluntad.
DARNOS COMO EL SEÑOR, SIN ESPERAR RESPUESTAS, SIN ESPERAR NADA DEL OTRO, SOLO LA RESPUESTA DIVINA, DEL DIOS
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