La importancia de los valores en la ética profesional

¡LA IMPORTANCIA DEL ARRAIGO DE LOS VALORES EN LA ÉTICA PROFESIONAL!

“Sin empresas éticas,

no hay una buena sociedad”

Adela Cortina.

Entender el papel de la ética en las personas requiere entender su devenir y naturaleza en todos los ámbitos de la vida. Desde ahí podemos comprender que para hablar de ética es necesario advertir el papel tan importante que esta ejerce en nuestro comportamiento, ya que está siempre asociada con cada quehacer o acción que realizamos como juego, como labor e inclusive cuando interactuamos con los demás, la ética no es simplemente un asunto adicional de buena voluntad, sino que es aquello que le da sentido a todos los aspectos de la vida de una persona.

Además es considerada como el conjunto de valores que el ser humano va aprendiendo a lo largo de su camino y que emplea por el sentido de la lógica y de la razón; la ética día a día se preocupa por la  buena formación del individuo, y su principal objetivo es formar una sociedad feliz, con buenas prácticas sociales, y es aquí, en el aspecto social, donde las profesiones juegan un papel fundamental.

Concibiendo como profesiones, manifestaciones de la actividad humana cooperativa, es decir, es una actividad social que está encaminada hacia un fin noble o en otras palabras, prestar servicios u ofrecer bienes en función del bienestar de los demás, es por eso que no se puede hablar de profesión, sin entender que esta tiene como principal función el aspecto social o filantrópico.

Ahora bien, esto nos llevaría a hablar directamente de las prácticas de la ética profesional, y cuestionarnos si ¿es lógico seguir hablando de ética en este contexto? La respuesta es sí, porque aunque las sociedades cambian o se diferencian según sus culturas, clases sociales, niveles de educación, idiomas, entre otros, en cualquier sociedad  y situación siempre está inmersa la ética. “Porque la ética no se limita a tratar los principios generales o los fundamentos de la moralidad. Esto lo hace la denominada ética general o ética fundamental. Existe también una ética especial o aplicada, la cual, como su nombre lo indica, estudia la moralidad en determinadas conductas, es decir, la aplicación de los principios generales a los problemas particulares del comportamiento humano”^[1]. Es por lo anterior que la ética profesional debe hacer parte de la ética aplicada, porque es quien regula el adecuado comportamiento en la vida profesional.

Un profesional comprometido con su labor social ofrece un servicio de calidad, y no limita su trabajo a que sea simplemente su fuente de ingresos, si no que le da sentido y legitimidad social a la profesión. Además está es regularizada por el código moral de la profesión, el cual servirá como base para que la sociedad exija su derecho a reclamar dicha calidad.

Es por eso que es importante que todo profesional ejerza su función desde la más estricta honradez y fidelidad a los principios. Junto a los conocimientos y habilidades para el buen desempeño, los profesionales deben caracterizarse por sus principios éticos y morales, por su honestidad a toda prueba, por su incorruptibilidad, por su disciplina, su espíritu colectivo, por su austeridad, modestia y estilo de vida sencilla.

Sin embargo también es importante aclarar, que el valor de lo ético y moral puede variar dependiendo, de las bases que hayamos tenido a lo largo de nuestras vidas, porque lo que puede ser ético para unos, quizás no lo sea para otros. Por eso como personas es nuestro deber velar para que todas estas normas de comportamientos que se plantean en el código de ética profesional  se cumplan, y esto solo se logra a través de las buenas prácticas sociales de la profesión “pero necesitamos en la tarea educativa ayudar al alumno para que alcance la actitud propicia para la mejor asimilación de los valores morales”^[2]

Porque principalmente en este proceso de transformación la responsabilidad que tienen los docentes viene a ser primordial, porque son ellos los profesionales que desempeñan su tarea no solo para contribuir en el desarrollo intelectual y social de sus alumnos, sino también en su formación ética. Actualmente, la ética es un elemento que se considera preciso y es el impulsor de la formación de todo profesional para legitimar un ejercicio responsable y comprometido con el bienestar de la sociedad.

Básicamente la actitud, experiencias, conocimientos y medio en el que se encuentre un individuo, le permitirá establecer más claramente qué es lo correcto o incorrecto de una acción y las influencias buenas o malas de personas importantes en su vida tales como los padres, amigos, compañeros, maestros, dirigentes políticos y creencias religiosas lo orientarán al tomar una mejor decisión según la percepción que se crea.

En este orden de ideas podemos decir que la ética profesional es importante porque trasmite valores para el trabajo y tiene un alcance social gigantesco, siendo un instrumento para brindar un servicio de forma colectiva. Porque esta dimensión de servicio colectivo esta enormemente influenciada por una dimensión moral.

Ahora bien, se hace necesario hablar de la ética en las empresas, dado  que estas al ser un agente económico de gran importancia, deben asumir su responsabilidad en la consecución de un mundo más justo. Coincidimos entonces con el planteamiento del filósofo Mexicano Carlos Llanos de que en la sociedad contemporánea la empresa desarrolla un papel muy importante, la cual define de la siguiente manera “comunidad de personas en donde la condición de ser persona prevalece sobre cualquier otra condición, incluso la condición que se deriva de su pertenencia a esa comunidad que llamamos empresa”.

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