La necesidad del hombre por creer que puede conocer su futuro

-La necesidad del hombre por creer que puede conocer su futuro

El Hombre es curiosos por naturaleza, por lo que no es de sorprenderse que inevitablemente cayera en la tentación de tener curiosidad sobre su futuro e iniciara a cuestionarse si de verdad era posible que el fuera capaz conocerlo. Curiosidad con la que hasta el día de hoy el hombre tiene que seguir lidiando.

La capacidad de conocer el futuro sin duda alguna ha sido una de las virtudes más codiciadas por el hombre desde probablemente sus inicios, ya que,  como es bien sabido, los beneficios que esta ofrece son de lo más útiles y satisfactorios, prueba de ello, son los innumerables métodos que se han desarrollado a lo largo de la historia humana que no solo han logrado sobrevivir al paso del tiempo, sino que han logrado evolucionar y adaptarse a la sociedad en la que habitan.

Además cabe mencionar que debido a su propia naturaleza, los métodos que se han desarrollado, no son de lo más fiables, ya que muchos de ellos recurren al azar o la creencia, lo cual puede poner en duda las predicciones que estas dan, y sin embargo a pesar de esto, muchos métodos en la actualidad gozan de una sólida popularización y prestigio, lo cual da como resultado que muchas personas lleguen al extremo de condicionar toda su vida en base a las “predicciones” de estos métodos, sin siquiera cuestionarse la veracidad o validez de estos.

Por lo que se puede apreciar, el que el hombre sea capaz de conocer o por lo menos creer que conoce su propio porvenir, no solo  le proporciona cierta seguridad y tranquilidad sino que también le da la sensación de un verdadero control en su vida, lo cual lejos de ayudar, puede provocar que el individuo cree una relación de dependencia hacia estas predicción, por lo que habría que preguntarse, si de verdad en la actualidad sigue siendo conveniente el seguir refugiándose a este tipo de prácticas o mejor el aceptar que el futuro no es algo que se nos deba de profesar, sino más bien es una meta que debemos de construir día a día.

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2-Argumentar la respuesta

-Al parecer el conocer su propio porvenir,  no solo  le proporciona seguridad y tranquilidad al hombre sino que también le da cierta sensación de control en su vida, ya que el conocer los acontecimientos que le esperan, este es capaz de “preparase” adecuadamente a ellos.

-Si miramos al pasado podremos encontrar diferentes métodos que el hombre ha desarrollado  a lo largo de su historia, con el único fin de poder conocer o mínimo poder predecir los sucesos futuros que a este le esperan. Entre estos métodos podemos resaltar a la quiromancia, los oráculos, la adivinación, la lectura de las cartas y por supuesto la persistente Astrología.

-Muchos de estos métodos se basan en la creencia de que el hombre es capaz de interpretar ciertos acontecimientos que le rodean o incluso el poder leer objetos en concreto que le permitirán abstraer de ellos su propio futuro.

-Por ejemplo la lectura de cartas inventada en el siglo XIV consiste en repartir una baraja especial de 78 cartas, que de acuerdo al  orden que estas hayan tomado posterior a su repartición serán interpretadas por un lector que se encargara de predecir el futuro de la selección de cartas dada, lo cual demuestra que el hombre está dispuesto a creer en la interpretación de objetos inanimados, siempre y cuando esto le garantice conocer su futuro.

-Otro caso similar, solo que en este, lo que se  interpretan son suceso, es el de la astrología, el cual en concreto, se encarga del estudio e interpretación de la posición y el movimiento de los astros que están en el cielo, Sin embargo en este caso se dio una situación muy particular  que le recordaría al hombre su propia incapacidad de catalogar todo lo que ve en una norma o regla.

-Ya que a diferencia de las estrellas y los planetas, los cometas no parecen seguir un patrón en específico que le facilite al hombre atribuirle un significado en específico. Por lo que este se vio obligado a  recurrir  a la peculiar naturaleza de los propios cometas, con el fin de poder interpretarlos como advertencia de sucesos inesperados. Que por lo general solo “cubrían” desgracias a suceder.

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