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Los Dioses Del Olimpo


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2014  •  2.424 Palabras (10 Páginas)  •  385 Visitas

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Los doce olímpicos[editar]

Fragmento de un relieve helenístico (siglo I a. C. - siglo I) representando los doce olímpicos con sus atributos en procesión; de izquierda a derecha, Hestia (cetro), Hermes (casco alado y bastón), Afrodita (velo), Ares (casco y lanza), Deméter (cetro y gavilla de trigo), Hefesto (bastón), Hera (cetro), Poseidón (tridente), Atenea (búho y casco), Zeus (rayo y bastón), Artemisa (arco y carcaj) y Apolo (cítara) (procedente del Walters Art Museum).

Los doce olímpicos ganaron su supremacía en el mundo de los dioses después de que Zeus llevara a sus hermanos a la victoria en la guerra contra los Titanes.

Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Hestia, Hades y Quirón eran hermanos.

Ares, Hermes, Hefesto, Atenea, Apolo, Artemisa, las Cárites, Heracles, Dioniso, Hebe, Perseo y Perséfone eran hijos de Zeus. Algunas versiones de los mitos declaran que Hefesto nació solo de Hera.

La primera referencia antigua de sus ceremonias religiosas se encuentra en el Himno homérico a Hermes. El culto griego de los doce olímpicos se remonta al siglo VI a. C. en Atenas y probablemente no tiene precedentes en la época micénica. El altar de los doce olímpicos en Atenas se fecha generalmente en el arcontado de Pisístrato el joven, en 522/521 a. C.

El concepto de "doce dioses" es más antiguo que cualquiera de nuestras fuentes griegas o romanas y es probable que su origen sea Anatolia.2

Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso y Hades son los dioses variables que completaban la docena. Perséfone pasaba la tercera parte del año en el inframundo (provocando así el invierno) y se le permitía volver al Olimpo durante los restantes ocho meses para que pudiera estar con su madre, Deméter.3 Y, aunque Hades (mitología romana: Plutón) siempre fue uno de los principales dioses griegos, su morada en el mundo subterráneo de los muertos hacía su relación con los olímpicos más delicada. Por esta razón, generalmente incluido en esta lista. No tenía un asiento en el panteón ya que pasó casi todo su tiempo en el inframundo, en el que era el rey.

Herodoro de Heraclea incluyó en su Dodekatheon las deidades siguientes: Zeus, Hera, Poseidón, Hermes, Atenea, Apolo, Alfeo, Crono, Rea y las Cárites.4 5 6 Heródoto también incluye a Heracles como uno de los doce.7 Luciano también incluye a Heracles y Asclepio como miembros de los doce, sin detallar qué dos tuvieron que ceder su sitio. En Cos, Heracles y Dioniso se añaden a los doce y Ares y Hefesto son olvidados.8 Sin embargo, Píndaro, Apolodoro9 y Herodoro de Heraclea discrepan con esto. Para ellos, Heracles no es uno de los doce dioses, sino el que estableció su culto.5 Hebe, Helios, Eros, Selene y Perséfone son otros importantes dioses y diosas que a veces se incluyen en un grupo de doce. Eros se representa a menudo junto a los otros doce, especialmente junto a su madre Afrodita, pero rara vez es considerado como uno de los olímpicos.

Genealogía[editar]

Árbol genealógico de los dioses olímpicos. En los casos de Afrodita, Ares, Dioniso, Atenea, Hefesto y Urano existen otras versiones acerca de su genealogía; para este gráfico se ha tomado como modelo la versión de la Teogonía de Hesíodo. En azul, los que siempre se consideran olímpicos, en amarillo los variables, y en negro, los demás personajes. La línea continua indica relación padre-hijo y la discontinua pareja.10

Es imposible establecer con precisión un árbol genealógico de los dioses olímpicos. Ello se debe principalmente a que la genealogía es una técnica o ciencia auxiliar de la historia y que por tanto obedece a estructuras del orden de lo humano, de modo que obviamente fracasa en el plano de lo mitológico. Sin embargo, diversos autores suelen hacer esbozos, más o menos complejos, con fines de organización didáctica del material presentado.11

Platón unió los doce olímpicos con los doce meses y propuso que el último mes se dedicara a los ritos en honor de Hades y los espíritus de los muertos, lo que implica que consideraba a Hades para ser uno de los doce.12 Hades es eliminado en las agrupaciones más tarde debido a sus asociaciones ctónicas.13 En el Fedro Platón alinea a los doce con el zodiaco y excluiría a Hestia de su rango.14

En la cultura de la antigua Grecia los "dioses del Olimpo" y los "cultos a los doce dioses" eran a menudo conceptos relativamente distintos.15

Equivalentes romanos y el evemerismo como teoría histórica de la generación del mito[editar]

Si bien en Roma existía una religión politeísta originaria y campesina, a partir del siglo V a. C. comenzó la «importación» de las deidades griegas, fundamentalmente a través de los etruscos.

En el siglo III a. C. el poeta Quinto Ennio estableció en sus escritos una equivalencia de doce dioses, seis femeninos y seis masculinos: Júpiter (Zeus); Juno (Hera); Minerva (Atenea); Vesta (Hestia); Ceres (Deméter); Diana (Artemisa); Venus (Afrodita); Marte (Ares); Mercurio (Hermes); Neptuno (Poseidón); Vulcano (Hefesto) y Apolo (Apolo).

Aunque solo queden fragmentos recopilados de la obra de Ennio,16 su importancia continúa siendo crucial para los estudiosos de la generación mitológica, debido a la traducción al latín que Quinto Ennio hiciera de la obra de Evémero de Mesene. Esta traducción tiene relevancia no solo por el establecimiento de los doce dioses equivalentes, sino principalmente porque permitió una amplia divulgación entre los romanos de una postura teológica diferente, según la cual los dioses del Olimpo no habrían sido ni personajes míticos, ni fuerzas sobrenaturales que influían en la vida de los hombres, sino militares, grandes descubridores y hombres de estado de épocas pasadas a quienes, tras su muerte, se les recordaría de esta manera particular y fuera de lo común.

Esta suerte de «humanización de los dioses» o historicista de la mitología se conoció como «evemerismo». Se sostiene que la versión e intención original de Evémero no es la de una crítica racionalista del mito, sino más bien una crítica motivada políticamente. Su postura fue más tarde fuertemente criticada por Calímaco y no llegó a tener gran influencia en Grecia. Sin embargo, con su traducción, Ennio logró una amplia difusión de estas ideas como una nueva posición teológica entre los romanos. Más tarde, la teoría tiene acogida entre los cristianos fundadores de la iglesia, debido a su potencia explicativa de los mitos desde un núcleo racional, mostrándolos como fábulas, alegorías y representaciones que tenían

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