Los sentimientos humanos durante la detención

1. ¿Cuáles fueron las emociones y sentimientos experimentados por el prisionero en la primera y en la segunda fase de reclusión en el campo de concentración?

El síntoma que caracteriza a la primera fase es el shock seguido por la angustia al saber que su destino era Auschwitz, sinónimo de un horrible destino: cámaras de gas, hornos crematorios y matanzas indiscriminadas. Al comienzo, el prisionero albergaba ciertas esperanzas; se aferraba a la “ilusión del indulto”, que finalmente sería liberado, el optimismo de que todo saldría bien. Dada la serie de acontecimientos, el prisionero perdía una a una sus ilusiones. El prisionero fue sintiendo una fría curiosidad por lo que sucedería después y las consecuencias que estos hechos le traerían. La desesperación le hace pensar en el suicidio, aunque luego va perdiendo el miedo a la muerte. En la segunda fase destaca la apatía generalizada, llegando a una especie de muerte emocional. El presenciar sufrimientos, agonías, la muerte, el sentir golpes físicos eran cosas tan comunes que ya no conmovían al prisionero. Sin embargo, esta vez, las razones de su dolor eran las injusticias y las humillaciones.

2.- A la luz del texto, ¿qué es el hombre?

El hombre es un ser con capacidades extraordinarias, capaz de ser sometido a las situaciones más terribles, más extremas, inimaginables y dolorosas y salir de ellas “airoso” gracias al sentido o deseo de supervivencia que lo caracteriza. Esto queda de manifiesto a través del texto, donde podemos observar que un ser humano sometido a las experiencias más crudas es capaz de sobrevivir. Bajo estas circunstancias, el hombre que desea vencer la muerte evoca sus deseos más profundos, sembrando sus esperanzas en el futuro, rememorando el recuerdo de un ser querido, etc. Es lamentable tener que descubrir estas capacidades a través de situaciones tan extremas como éstas. Sin lugar a dudas, muchos de éstos hombres quedaron en el camino; unos por debilidad física, otros invadidos por el deseo de terminar con el sufrimiento, abatidos por la tristeza y el dolor. Otros, al ver muertas sus esperanzas decaían al punto de verse afectadas las defensas de su cuerpo, las que provocarían una muerte inminente.

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