ME HA ENCANTADO
Enviado por Sieger1994 • 19 de Febrero de 2014 • 682 Palabras (3 Páginas) • 191 Visitas
“Da culto a los dioses inmortales,
Según las santas leyes han dispuesto;
a los héroes después rinde homenaje, y cumple tus solemnes juramentos. Respeta y haz legales sacrificios a las divinidades del infierno; honra a tus padres, honra a tus parientes, y ten por tus amigos a los buenos.
Inclínate a las obras provechosas,
no opongas resistencia al buen consejo, ni por liviana falta, mientras puedas, vean en ti tus amigos duro ceño.
Aprende a dominar el apetito
del comer y beber; domina el sueño,
la lascivia y la cólera; nada hagas
que fuere torpe y de pureza ajeno,
ni con otros ni a solas: a ti mismo
mírate con pudor y con respeto.
Practica la justicia y te acostumbra
a estar en tu razón y sano acuerdo,
pensando que es morir cosa segura
y los bienes del mundo pasajeros.
La parte que te cupo de los males
dados al hombre por el hado adverso
soporta con dulzura, y sin airarte
aplica a tus dolores su remedio,
de las cuitas humanas contemplando
ser la parte menor para los buenos.
En los hombres verás nobles discursos y versales ruines y perversos. No te causen asombro, ni consientas en desviarte de tu buen intento. Si alguna vez te hablaren con mentira, calla y escucha con paciencia; pero que ninguno a decir o hacer te arrastre Lo que en tu buen sentir no fuere honesto.
Antes de dar principio a tu trabajo,
piensa para evitar los desaciertos.
Sé prudente; no ofendas a los hombres con actos o con dichos indiscretos; obra por el contrario cosas tales que nunca llores su dañoso efecto. No te ocupes de aquello que no entiendas;
dócil pide a la ciencia sus secretos.
Con estas reglas de vivir, tus días
serán dulces, tranquilos y risueños.
Te conviene además ser cuidadoso
en lo que mira a la salud del cuerpo;
en comida, en bebida, en ejercicios,
pon saludable tasa y justo medios.
Sea sobrio tu vivir; tal la llaneza
de tu casa y persona en el gobierno,
que no excites la envidia. Nunca gastes con torpe indiscreción fuera de tiempo; mas no seas avaro; que es en todo una justa medida el don perfecto. Haz lo que no te dañe: vaya siempre delante de la obra el pensamiento.
A la hora del descanso, no a tus ojos
concedas, hijo, el regalado sueño,
sin antes ver lo que pasó en el día,
y cada cosa examinar atento.
¿Dónde estuve? ¿Qué hice? ¿Qué obra útil dejé sin acabar? Y discurriendo por todo, de lo malo te arrepientes; ten dulce regocijo por lo bueno. Medita y aprovecha estas lecciones; ama por tu bien propio estos consejos; que ellos te han de poner, si los practicas, de la virtud divina en el sendero.
Por aquel
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