Manifiesto de Pensamientos Bilaterales
Enviado por Marcos Duleba • 6 de Octubre de 2016 • Síntesis • 3.896 Palabras (16 Páginas) • 245 Visitas
Manifiesto de Pensamientos Bilaterales
Autor: Marcos Duleba
Año: 2014
Prólogo
Buenos días, tardes o noches estimado lector. Mi nombre ya es sabido por ustedes, así que voy directo a las razones por las que escribí este libro. En mi casa desde que tengo memoria el tema Dios fue indiferente a nuestras usuales conversaciones. Quizás sea por el gnosticismo de mi mamá y de mi padrastro. Sin embargo, mi padre es católico (aunque también un hombre de ciencia), y pese a esto, yo no seguí el catolicismo, aunque asistí a algunas clases de catequesis y conozco los rezos e historias de la religión católica. Desde mi infancia logré adquirir muchos conocimientos que acercaronme al camino de la ciencia, por libros, Internet y otros medios, llegando yo a conocer la teoría de la evolución y la del Big Bang. Creo que de mis 7 años a los 12, la única religión que llegué a conocer en concreto fue el Islamismo, esto se debe a que leía el Corán por razones más bien literarias que espirituales, y no tenía conocimiento alguno de la Biblia, a no ser que se la mencionara en alguna explicación de algún Sura, aparte los mejores amigos de mi mamá eran musulmanes. En el 2012, después de mucho tiempo, volví a pisar una iglesia cristiana, a la que asistí dos semanas seguidas, y a la que después volví a asistir hasta la actualidad. Fue por invitación de mis primas la primera vez que asistí, y actualmente poseo incentivos de más para seguir yendo. Así que en la actualidad considerome cristiano, aunque con profundas creencias en la ciencia. Mi preocupación principal es que jamás deje de existir esa brecha entre ciencia y credo que existe desde el comienzo de la humanidad misma, y esa es la razón principal para escribir este libro, siendo la gente que también quiso que esa brecha rompiesese, mi principal incentivo.
Capítulo 1:
Ateísmo
Casi todos sabemos lo que significa esta palabra: no tener creencias, etimológicamente hablando.
Sin embargo, así como Bertrand Russell creó la paradoja para “desmentir” a Dios (si Dios es Todopoderoso ¿puede crear rocas tan grandes que ni el mismo pueda romper?), yo creé mi misma paradoja para desmentir al ateísmo: ¿Cómo llaman los ateos a Dios?
La explicación a esta paradoja es la siguiente: después de hablar con un grupo de gente “atea”, logré ver que ellos si creían en Dios, solo que con otros nombres, como la Fuerza, la Energía Superior, el Destino, lo Que Nos Completa, entre otros nombres.
Con esto quiero decir algo esencial para el libro: el Ateísmo no existe. Ser ateo es seleccionar un nombre, darle las características de Dios, para después desmentir a éste.
Pero ahora vayamos a las causas de ese “ateísmo”. En este momento voy a enumerar todas las causas y a culpar por cada una de ellas al organismo que solo llevó a la humanidad al retroceso, a la falta de fe y a la justificación de actos crueles: la Iglesia Católica Apostólica Romana.
A mi parecer, hay cinco razones principales para ser “ateos”:
1- “Yo no creo en Dios porque creo en la ciencia”.
Esta excusa es muy utilizada hoy en día, pero empecemos desde el principio. ¿No fueron los hombres más iluminados, al menos en principio, religiosos? ¿Y no fue la Iglesia Católica la que los inmoló, encarceló, dijo calumnias sobre ellos, los trató de herejes, prohibió sus obras y publicaciones, llevando a la Humanidad a períodos de oscuridad por siglos y siglos? Esa brecha entre ciencia y creencia solo fue creada por la gente que pensaba que a través de ellos llegaba el real conocimiento. Entre los casos más conocidos se encuentra el de Copérnico y Galileo, uno muerto por decir que el heliocentrismo explicaba mejor el movimiento de distintos astros que el geocentrismo, y otro encarcelado por apoyarlo y demostrar en la práctica los dichos del anterior. Otro ejemplo es el de los distintos grupos que, queriendo llegar al conocimiento, se reunían en secreto, mientras la Iglesia Católica los tildaba de heréticos, adoradores del Diablo, entre otros títulos horribles que no valen la pena mencionar. Etimológicamente hablando, existen dos palabras que la Iglesia usó para referirse a las distintas prácticas ejercidas por estos grupos: Lucifer, referido a la Doctrina científico-religiosa que profesaban (Doctrina Luciferina), aunque en realidad Lucifer significa en latín Iluminador; y Satanás, derivado de Shaitan (adversario en árabe, idioma considerado impuro por la Iglesia), por considerarse a los distintos grupos los mayores enemigos del clero. Nótese que las dos palabras hacen referencia al Diablo. Por tales motivos, estos grupos siempre escondían sus actividades en otras, habiendo numerosos casos que valdrían varias páginas del libro, como Da Vinci, Newton, los alquimistas, entre otras mentalidades brillantes.
2- “Jesús nunca existió”.
Si un credo estuviese basado en creer en acciones de un hombre que nunca existió, está claro que no perduraría. Pero, ¿por qué hay gente que desmiente la existencia de Jesús, tanto como personaje histórico así como milagroso? La respuesta es simple: no hay mucha evidencia que indique su existencia, y parte de la que existe son meras falsificaciones. También esto es culpa de la Iglesia Católica. Empezando por las falsificaciones, cabe aclarar que hay documentos de los cuales se sabe son puros papeles hechos mucho después de su muerte, después de que la Iglesia pusierase al poder. Después está el Santo Sudario de Turín, otro claro intento de la Iglesia por ganar dinero. Hoy sabese que esa sabana es del siglo XII después de Cristo, y, además, que conveniente que resultaríale a la Iglesia tener una atracción más cercana a su centro de poder, Roma. Como dirían algunos: “en boca de mentiroso, lo cierto hacese dudoso”, y las mentiras de la Iglesia Católica están provocando que se ponga en tela de juicio la existencia de uno de los personajes históricos más importantes de la Humanidad. En cuanto a la poca evidencia, ¿conócelos usted Evangelios Apócrifos? Estos son documentos escritos sobre la vida de Jesús, en los que aparecen temas que harían que la Iglesia desapareciese, como la posible descendencia de Jesús. Pese a tratarse de la vida de Jesús, estos documentos no fueron incluidos en la Biblia, y varios fueron desechados, como simples papeles. Quiero que sepa que pudo haber mucha más evidencia de la existencia de Jesús, pero fue destruida por el mismo organismo que debería conservar todo lo relacionado a él como si fuese oro, utilizando la autoridad como verdad, en lugar de la verdad como autoridad.
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