Manuscritos Economicos Filosoficos - Enajenacion Del Trabajo

En los manuscritos económicos y filosóficos, Marx nos explicita que la enajenación del trabajo consiste en que el trabajo es externo , ajeno e independiente del trabajador, no le pertenece, ni desarrolla una “libre energía física y espiritual” si no que desgasta su cuerpo y espíritu. El obrero ve a su trabajo como un medio para satisfacer las necesidades.

El obrero se va haciendo más pobre cada vez que produce más y más, y por ello que cuando el producto al convertirse en capital de otros se presenta ante el trabajador como un ser extraño, distinto a él, que no posee, ni domina, por lo que conlleva a que el obrero se convierte en una mercancía, el trabajo aliena al trabajador y su trabajo aparece como propiedad de otro (el capitalista).

Es claro que el capitalista gana más que sus obreros, un capitalista puede pasar algo de tiempo sin obreros, pero un obrero no puede sobrevivir sin un capitalista. Cuando los capitalistas obtienen más ganancias, esto no significa que a los obreros se les suba el sueldo, si no que se mantiene el mismo sueldo, y aunque subiera el suelto, por causa de la competencia, eso significaría un exceso de trabajo para el obrero.

El sueldo es consecuencia del trabajo enajenado y este, es la causa de la propiedad privada.

Lo que enajena al trabajador, no es solo la enajenación del producto en sí, si no que el proceso de producción del producto también lo enajena y como el trabajo es algo exterior al trabajador, solo durante el periodo fuera del trabajo es donde el obrero puede desarrollarse como en realidad es, el obrero no percibe el trabajo como la satisfacción de las necesidades, sino como el medio para satisfacerlas y esto le muestra que no es un trabajo propio si no que pertenece a otro.

Así también nos explicita que el trabajo enajenado convierte al ser genérico del hombre, (aquel que se relaciona con el mismo y con los demás seres vivientes) en un ser ajeno a él mismo. Transforma al hombre mismo en el medio para obtener su supervivencia. Y esto conlleva a que el hombre se enajena de el mismo y de los demás hombres, llegando a enajenarse de su propia naturaleza humana.

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