Maquiavelo

Habla sobre los dominios, los Estados, los pueblos y la soberanía que ha regido sobre ellos ya sea que hayan sido Repúblicas o Principados estos son hereditarios o nuevos. Los dominios que eran así adquiridos están acostumbrados a vivir bajo un príncipe o acostumbran a ser libres. Si el príncipe estaba gobernaba de una manera natural o sea que si el pueblo era nuevo, el príncipe lograría menos agravios y ser amado por sus súbditos.

Las dificultades comienzan en un principado nuevo donde un miembro es añadido a un Estado anterior lo cual originaba o resultaba un principado mixto. Las dificultades aparecen cuando se adquieren Estados en un país de lengua, costumbres e instituciones diferentes. Uno de los remedios sería que quien los adquiere pasara a residir allí; esto haría más segura su posesión. En este caso, el país deja de ser expoliado por tus servidores y los súbditos están satisfechos con el fácil recurso al príncipe quien también adquiere más respeto y con mucha dificultad suele perderlo.

En el capítulo quinto habla sobre que los principados tienes dos maneras de gobernar, una por un príncipe y siervos y la otra por un príncipe y nobles. Dichos nobles tenían Estados y súbditos propios que les reconocían como su príncipe y les profesaban el natural afecto. En los Estados gobernados por un príncipe y por siervos el príncipe gozaba de una autoridad mayor, ya que en todo su territorio nadie reconocía otro superior que él y si obedecían a algún otro lo hacían sin que hubiera de por medio un afecto especial.

Ellos aseguraban que el único sistema para dominar a una ciudad que estaba acostumbrada a vivir libre, era destruyéndola; y quien pasaba a ser señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre y no la destruía, se destinaba a ser destruido por ella, pues en la rebelión siempre encontraba justificación en el nombre de la libertad y en sus antiguas instituciones. En cambio, cuando los países estaban acostumbrados a vivir bajo el dominio de un príncipe y vivir libres no sabían; más fácilmente se los puede un príncipe ganar y guardarse de ellos.

En el capítulo décimo me gusta mucho el cómo se mide la fuerza de los principados, eran principiados capaces de sostenerse por sí mismos los que podían organizar un ejército adecuado y entablar combate abierto con cualquiera que fuera a asaltarlos. Por otro lado están los que no son capaces de presentar batalla al enemigo en campo abierto, sino que están obligados a refugiarse dentro de las murallas y a proceder a la defensa de éstas.

En los principiados eclesiásticos, los problemas surgían antes de entrar en posesión de los mismos, pues se adquirían o con virtud o por la fortuna y se conservaban sin la una y sin la otra, ya que se sustentaban en las antiguas leyes de la religión, las cuales eran poderosas y de tanto arraigo que mantenían a sus príncipes al frente del Estado sea cual sea fuera forma

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