Martes Con Mi Viejo Prof.

RESUMEN DEL LIBRO “MARTES CON MI QUERIDO PROFESOR”

Era un día muy importante donde Mitch estaba en el sentado esperando su último discurso para poder tirar lo birretes al aire, ese día el había preparado un regalo muy especial para su querido profesor Morrie Schwartz<< al que le gustaba bailar cualquier tipo de música y comía una calamidad>>, un maletín con sus iniciales, capaz deseaba que su querido profesor o entrenador como solía llamarle nunca se olvidará de él, pero en ese momento él le hizo una promesa de estar en contacto con él, estas palabras hicieron derramar lágrimas en el entrenador porque sabía lo que pasaría.

Mitch tras haber pasado por momentos tan difíciles, como el fracaso en la carrera de música, algo que él tanto deseaba después de graduarse; y de haber tenido el primer encuentro con la muerte con el cáncer de su tío, lo cual consideraba la persona que más influencia tenía en su vida, prácticamente lo enseño todo lo que él sabía. Volvió a las universidad e hizo un máster en periodismo, con lo cual consiguió su primer empleo, y empezó a cambiar el rumbo de su vida; con cambios simples de alquiler y bus, a comprar una casa, un auto, acciones, y de casarse 7 años después con la mujer que inventaba el tiempo para que puedan estar juntos, cuando las oportunidades de empleo se había multiplicado, sin un horario fijo ni límite de tiempo, se sumergió en el éxito y el apuro como si la muerte llegaría temprano a él de la misma forma que llegó a su tío.

En una de las estadías que realizaba en medio de sus viajes, realizaba distraídamente zapeo ante el televisor y vio a su viejo profesor en un reportaje en la que decía que sufría de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad que afecta el sistema neurológico que derrite al cuerpo como una vela hasta llevar a la muerte; en ese momento se quedo petrificado pensando en la promesa que le había hecho a su entrenador dieciséis años atrás. Luego de ver esa escena tomó el rumbo un martes para ir hasta su viejo profesor; Morrie al llegar lo abrazó, rozándole la mejilla con su pelo ralo; almorzaron juntos, charlaron sobre no tener miedo a la muerte y sobre el temor que llegase a depender de alguien que le tenga que limpiar el culo.

Para Morrie, Mitch era su favorito y siempre lo fue, eran hombres de martes, trabajaban en épocas de universidad este día por la tesina; en el lumbral de su vida deseaba enviar un mensaje al mundo sobre cómo vivir la vida y decía: “ahora sé que cuando aprendes a morir, aprendes a vivir”; y esta vez todos los martes ealizarían la última tesina juntos, la asignatura el sentido de la vida.

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