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Metafisica De Aristotles- Libro I, Cap.I


Enviado por   •  17 de Abril de 2014  •  395 Palabras (2 Páginas)  •  397 Visitas

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Aristóteles Metafísica

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A

LIBRO I

Capítulo 1

Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así lo indica el amor a los sentidos;

pues, al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el que más de

todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando no pensamos

hacer nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y la causa en que, de

los sentidos, éste es el que nos hace conocer más, y nos muestra muchas diferencias.

Por naturaleza, los animales nacen dotados de sensación; pero ésta no engendra en

algunos la memoria, mientras que en otros sí. Y por uso de éstos son más prudentes y

más aptos para aprender que los que no pueden recordar; son prudentes sin aprender

los incapaces de oír los sonidos (como la abeja y otros animales semejantes, si los hay);

aprenden, en cambio, los que, además de memoria, tienen este sentido. Los demás

animales viven con imágenes y recuerdos, y participan poco de la experiencia. Pero el

género humano dispone del arte y del razonamiento. Y del recuerdo nace para los

hombres la experiencia, pues muchos recuerdos de la misma cosa llegan a constituir una

experiencia. Y la experiencia parece, en cierto modo, semejante a la ciencia y al arte, pero

la ciencia y el arte llegan a los hombres a través de la experiencia. Pues la experiencia

hizo el arte como dice Polo, y la inexperiencia el azar. Nace el arte cuando de muchas

observaciones experimentales surge una noción universal sobre los casos semejantes.

Pues tener la noción de que a Calias, afectado por tal enfermedad, le fue bien tal

remedio, y lo mismo a Sócrates y a otros muchos considerados individualmente, ves

propio de la experiencia; pero saber que fue provechoso a todos los individuos de tal

constitución, agrupados en una misma clase y afectados por tal enfermedad, por

ejemplo a los flemáticos, a los biliosos o a los calenturientos, corresponde al arte. Pues

bien, para la vida práctica, la experiencia no parece ser en nada inferior al arte, sino que

incluso tienen más éxito los expertos que los que, sin experiencia, poseen el

conocimiento de las cosas singulares, y el arte, de la universales; y todas las acciones

y generaciones se refieren a lo singular. No es al hombre, efectivamente, a quien sana

el médico, a no ser accidentalmente, sino a Calias o a Sócrates, o a otro de los así

llamados, que, además, es hombre. Por consiguiente, si alguien tiene, sin la experiencia,

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