Metafisica
Enviado por nayelildgie • 4 de Febrero de 2013 • 3.073 Palabras (13 Páginas) • 285 Visitas
Martínez Martínez nos habla sobre Razón, ontología, praxis, cuestiones del mal y el sentido en el mundo y el hombre. Con ello explica teorías de Hegel, Marx, Nietzsche, entre otros.
Cuando hablamos de la filosofía hegeliana savemos que no se ah podido agrupar a algo único. Las tres corrientes filosóficas tienen su origen el las tres críticas del hegelianismo; en primer lugar el positivismo, en segundo al marxismo y por ultimo la hermenéutica. La filosofía contemporanea es antihegeliana.
para Hegel se necesita de tres pasos para encontrar la razón, bueno, tiene que haber conciencia y objeto; dentro de conciencia entra su concepto de superacion y dentro del objeto, la dialectica. Con esos dos puntos el llega a la <<razón>>.
A comienzos del siglo XX surge una fuerte reacción contra el siglo anterior concebida como una etapa moderna por exelencia. Por otra parte Marx, Weber, Sombart y Simmel y otros, daban lugar a una conclución pesimista que veía el mundo moderno como un mundo irremediablemente desconocido.
Las consecuencias negativas de la modernidad se hicieron más sonadas despues de la segunda guerra mundial. En nuestros días la crisis de la razón clásica es notoria en sus aspectos tanto teoricos como practicos.
Podemos ver por un lado la Dialéctica Negativa de Adorno y por el otro la crítica de la razón dialéctica de Sartre. Adorno plantea el problema de cómo es posible pensar después de Auschwitz y crea la Dialéctica negativa, que exige para ser verdadera el pensar también contraella misma. Por otra parte Sartre pretende salir de la crisis de la razón mediante la constitución de una <<nueva racionalidad>> cuyo origen estaría en la razón dialéctica.
Aparte de los filósofos del deseo y de Foucault, que está proximo a la crisis de la razón, se han dado respuestas como <<neo-racionalistas>> que resuelven la razón clásica unitaria de la pluralidad irreductible de razones.
En su discurso filosófico de la Modernidad, Habermas reconstruye a partir de Hegel las tres líneas fundamentales de la filosofía contemporánea: el liberalismo conservador, la filosofía de la praxis y el postmodermismo de raíz nietzscheana. Habermas tambien acusa a Foucault de su genealogía ya que no se puede aplicar a ella misma, es ambugüa.
A partir de una concepción estratificada de la realidad basada en un materialismo pluralista y emergente, aparece el problema de la concepción de una ontología que de cuenta del ser social. Este ámbito de la realidad abarca el Espíritu (Hegel) en sus aspectos subjetivo, objetivo (histórico y social) y absoluto (cultural). La subjetividad humana solo tiene sentido en el seno de una sociedad y en relación con ella. La ontología del ser social esta relacionada con la ontología del ser natural y están en continua interrelación.
La actividad humana se realiza siempre en un contexto natural que se presenta como exterior e independiente, oponiendo resistencia. La naturaleza a través del trabajo es de naturaleza artificial y social; no podemos olvidar, que desde el punto de vista ontológico, dicha naturaleza presenta un resto no humano.
Para Marx, la historia de la sociedad es una parte real de la historia natural. Lukácks y Carol, consideran la categoría central del ser social, la categoría de trabajo entendido como la transformación de la realidad natural mediante la puesta de las legalidades causales de la naturaleza al servicio de los designios teleológicos del ser humano. La ontología de Lukácks, se presenta como prologo fundamentador de una Ética; desde el punto de vista axiológico, valorativo, lo importante es la ética, desde el punto de vista de la fundamentación, lo es la ontología. a visión marxista subordina la gnoseología a la ontología, considerando al ser como una totalidad dinámica, como una unidad de complejidad y procesualidad.
Carol Gould entiende la ontología social como una teoría metafísica de la naturaleza de la realidad social. Analiza como categoría central la de trabajo, y a partir de aquí elabora una teoría del trabajo como origen del tiempo. El trabajo es un proceso que da lugar a una síntesis en la que se entremezclan las tres dimensiones del tiempo. El tiempo objetivo es la forma objetivada de la actividad del trabajo. El proceso del trabajo permite el análisis de las categorías de causalidad y teleología así como de la libertad. La libertad humana es una actividad más que un estado; es la realización de una posibilidad implícita en la realidad humana, su actualización depende de la actividad humana.
Mientras que en la época medieval predominaba la vita contemplativa, en la época moderna es la activa la que predomina tanto en el aspecto poético (constructor) y práxico (ético-político). Marx, que recoge y amplia la Ilustración y el Idealismo alemán, pone de relieve la centralidad humana como tema fundamental de la reflexión filosófica. Esta filosofía la considera como un momento de la praxis transformadora del mundo. El elemento fundamental es la consideración de la inserción de la propia teoría en el proceso mismo de la realidad y de las consecuencias.
El aspecto epistemológico que considera la praxis como elemento esencial, que afirma que pensar es producir y que el mismo pensamiento es una forma de trabajo. El aspecto activo fue desarrollado de manera abstracta por el idealismo en oposición a este materialismo pasivo, que no comprende la actividad critico-practica. La filosofía de la praxis conjuga diversas funciones; crítica, política, gnoseológica, conciencia de la praxis en tanto que nacionalización de la praxis y comprensión de la relación teoría-praxis; autocrítica para no degenerar en el teoricísmo, dogmatismo o voluntarismo.
El marxismo considera la praxis como una ontopraxeología. La praxis es la actividad configuradora y conformadora del material informe y caótico del mundo que nos proporciona cierta seguridad. Nuestro mundo exterior es un producto de la imaginación, en cuya construcción se emplean anteriores ficciones hecha actividades acostumbradas. Nietzsche considera la actividad imaginativa, como la que produce la ficción de un mundo estable a partir del caos fluyente del devenir. Habérmas defiende una concepción instrumentalista del conocimiento vulgar y científico, cayendo en el idealismo de la praxis.
El ser humano es esencialmente activo. Su carencia instintiva y su falta de especialización le exige constituir una segunda naturaleza o cultura. Esta segunda naturaleza es un mundo de artefactos y de instituciones; para su realización es necesaria la elaboración previa de una teoría. Aparecen las tres dimensiones fundamentales que Aristóteles reconocía en el hombre: la teoría, lo práctico y lo poético. El ser práctico del
...