Mitch Albom
Enviado por MARY_LORA • 30 de Septiembre de 2014 • Síntesis • 1.885 Palabras (8 Páginas) • 274 Visitas
Martes con mi viejo profesor
Mitch Albom
El viejo profesor, Morrie Schwarth, fue catedrático en la Universidad donde cursaba Mitch Albom, a él le impartió la última asignatura que abarcaba el sentido de la vida. Todos los martes lo impartía a partir de su experiencia propia. No ocupaba libros y sin embargo cubría muchos temas de la vida como el amor, el trabajo, la familia, la vejez, la comunidad, el perdón y la muerte.
La celebración de esta asignatura fue su propio funeral.
Morris murió en el verano de 1994. A él le gustaba bailar cualquier género de música, la mayoría de la gente pensaba que estaba loco pero él era feliz haciéndolo. La enfermedad que acabo con su pasatiempo favorito fue ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) el cual consistía principalmente en perder la movilidad.
El seguía dando clases a pesar de saber cuál era su pronóstico aunque su atrofia cada vez era mayor, ya no podía realizar sus actividades cotidianas solo, necesitaba de alguna enfermera para poder realizarlas.
Morris dio su última clase en otoño de 1994, la Universidad en la que laboraba habría comprendido si Morris hubiera dicho que ya no trabajaría, pero él era el que no quería abandonar su trabajo. Morris se plantea muchas preguntas pero entre ellas fue: ¿consumirse hasta desaparecer o sacar algún provecho de todo eso?, Él no estaba dispuesto a avergonzarse por morir, así lo expresaba. Él decía que la muerte era el proyecto final, ya que todos tenemos que morir.
A pesar de todo lo que le sucedía a Morris su mente, su razón se mantenían lucidas y estaba más que decidido a demostrar que la palabra moribundo no existía en su vocabulario.
Empezó a escribir todos sus pensamientos en blocs, escribía todo lo que se le venía a la mente, sobre la vida, sobre la muerte. El acepta el pasado como el pasado, sin negarlo ni descartarlo. Aceptaba lo que era capaz de hacer.
Mitch Alborm al terminar la Universidad se alejó persiguiendo sus sueños a costa de sus principios y olvidando la promesa que le hizo a su viejo profesor.
El anhelaba con tener éxito en la profesión por la cual se preparó y soñaba también con ser un gran músico. Estaba dispuesto a ofrecer su talento al mundo, pero al principio se dio cuenta que el mundo no estaba interesado en él como él creía.
Alborm, después de 16 años sin ver a su viejo profesor no se sentía preparado para volverlo a ver porque recordaba cómo era, lo amable y paciente que había sido con él cuando era estudiante.
Recordaron la época universitaria, lo duro que fue buscar su propia identidad y como Morrie era el único que no lo trataba como algo más de lo que es.
Primer martes
Morrie se preocupaba por estar al día con las noticias, todos los días leía la prensa, estaba realmente interesado de lo que ocurría en el mundo, lo extraño de esto es que él estaba consciente de que en cualquier momento moriría. Pero en esos momentos de sufrimiento para él se sentía más cerca de las personas que sufrían como él, sentía que esa angustia era como el que el sentía.
La frase que se me quedo grabada en esta parte fue: “Lo más importante en la vida es aprender a dar amor y dejarlo entrar”, el amor es el único acto racional.
Segundo martes
En cada visita que Mitch le hacía a su viejo profesor eran pura amabilidad humana. Hablaban sobre la familia, los amigos, los antiguos alumno…
Las frases que más me llamaron la atención por parte de Morrie en este martes fueron: “Deploro el modo lento e insidiosos en que me estoy muriendo pero luego dejo de lamentarme”. Aunque llore luego se concentra en las cosas buenas de su vida. “Es horrible ver cómo me consumo, pero es maravilloso ver el tiempo que dispone para despedirse”.
Tercer martes
Mitch, se preguntaba de como estaría si estuviera en su lugar, si él fuera el que se estaría muriendo, el cómo enfrentarse cara a cara con la muerte. La cultura que tenemos no nos anima a pensar en ciertos temas hasta que estamos a punto de morir, estamos obsoletos en temas egocéntricos, como la profesión, el trabajo, la familia, el dinero, los amigos… podríamos decir que estamos muy ocupados en pequeños actos que solo sirven para salir adelante. Creo que todos necesitamos a un maestro como Morrie en nuestra vida.
Cuarto martes
LA MUERTE
Todos sabemos que algún día moriremos, el problema es que no nos lo creemos, si lo creyéramos haríamos las cosas de otra manera. Existiría un planteamiento mucho mejor, el de saber que vamos a morir y estar preparados en cualquier momento. Podemos llegar a estar verdaderamente más comprometidos con nuestras vidas mientras vivamos.
Morrie: “Cuando aprendes a morir, aprendes a vivir. Enfrentarte a la muerte lo cambia todo, te quitas de encima todas las tonterías y te centras en lo esencial. Si aceptas que puedes morirte en cualquier momento entonces no serías tan ambicioso como eres” las cosas a las que dedicamos tanto tiempo, todo ese trabajo que hacer, podrían parecernos menos importantes.
Quinto martes
LA FAMILIA
Morrie tenía claro que la gente de hoy no tiene cimientos, que no tienen base segura, si no es la familia. Si no tenemos apoyo, amor, cariño o dedicación que nos ofrece la familia, no tendríamos gran cosa. El amor tiene importancia suprema.
Morrie: “supón que yo estuviera divorciado, sólo y no tuviera hijos. Esta enfermedad, lo que estuviera pasando sería lo más duro. Claro que vendría gente a verme pero no es lo mismo que tener a alguien que no va a marchar. Hacer saber a los demás
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