Muerte En Baudrillard

El capital es un modo de dominación. Desarrollará una teoría de poder que constituya fundamentación de ese modo de dominación que, a través de la violencia simbólica, ejerce el capital.

Clases de violencia infligidas por el capital:

La económica; determinada por la equivalencia que el capital establece entre salario y fuerza de trabajo.

La simbólica, infligida al hombre en su misma definición de fuerza productiva, es decir, aquella de la equivalencia del salario, como signo, a la muerte pues, se opone como una muerte lenta, a la muerte violenta. Esta es la realidad simbólica así como la propia definición de supervivencia: muerte diferida.

La muerte diferida: el que trabaja sigue siendo al que no se le ha dado muerte. Está realizando de la muerte con el trabajo, está hecha desde una perspectiva simbólica y. es por entender que el tipo de relación establecido lo es en estos términos que, la cuestión sustancial del trabajo y/o de la explotación resultan indiferentes pues, dicha relación, lo que en realidad inviste es una estructura de dominación, de poder, de ese suspenso de muerte.

El poder no da muerte sino, todo lo contrario, el dejar la vida; una vida que el esclavo no tiene el derecho de devolver, al arrancarle a la muerte, el amo arranca al esclavo de la circulación de los bienes simbólicos; es la violencia que le hace, y que evoca al otro a la fuerza del trabajo. Aquí está el secreto del poder.

Baudrillard entiende que la única alternativa posible, es aquella que reside en el sacrificio: sólo la capitulación de esta vida, la réplica a la muerte diferida con la muerte inmediata, constituye una respuesta radical, y la única posibilidad de abolición del poder.

Salario: el rescate.

La muerte inmediata intenta responder de la única manera posible a la estrategia que impone este sistema de poder, desplazar el tiempo del intercambio, sustituir la continuidad, la linealidad mortal del trabajo a la torsión, a la réplica inmediata de la muerte. Así este desplazamiento mediante la muerte lenta que es el trabajo, quedará afirmado a cualquier posibilidad de réplica , mediante el salario: si el explotado tratara de devolver su muerte al explotador en el trabajo, éste conjura una restitución mediante el salario, puesto siempre es el capital el que da trabajo al trabajador.

En lo económico la dominación del capital logra rescatarse a sí misma sin ponerse nunca en juego, al desviar el proceso de rescate hacia su propia reproducción indefinida.

Según él la muerte es negada en la sociedad.

De las sociedades salvajes a las sociedades modernas, la evolución es irreversible: poco a poco los muertos dejan de existir. Son arrojados fuera de la circulación simbólica del grupo.

Si la muerte es rechazada por la supervivencia, la vida es entonces, una supervivencia determinada por la muerte.

El autor ve a la

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