Mujer
Enviado por tobiasfelipe2121 • 10 de Junio de 2013 • Práctica o problema • 748 Palabras (3 Páginas) • 218 Visitas
Suponiendo que la verdad sea una mujer -, ¿cómo?, ¿no está justificada la sospecha de que todos los filósofos,
en la medida en que han sido dogmáticos, han entendido poco de mujeres?, ¿de que la estremecedora
seriedad, la torpe insistencia con que hasta ahora han solido acercarse a la verdad eran medios inhábiles e
ineptos para conquistar los favores precisamente de una hembra? Lo cierto es que la verdad no se ha dejado
conquistar: - y hoy toda especie de dogmática está ahí en pie, con una actitud de aflicción y desánimo. ¡Si
es que en absoluto permanece en pie! Pues burlones hay que afirman que ha caído, que toda dogmática
yace por el suelo, incluso que toda dogmática se encuentra en las últimas. Hablando en serio, hay buenas
razones que abonan la esperanza de que todo dogmatizar en filosofía, aunque se haya presentado como algo
muy solemne, muy definitivo y válido, acaso no haya sido más que una noble puerilidad y cosa de principiantes;
y tal vez esté muy cercano el tiempo en que se comprenderá cada vez más qué es lo que propiamente
ha bastado para poner la primera piedra de esos sublimes e incondicionales edificios de filósofos que
los dogmáticos han venido levantando hasta ahora, - una superstición popular cualquiera procedente de una
época inmemorial (como la superstición del alma, la cual, en cuanto superstición del sujeto y superstición
del yo, aún hoy no ha dejado de causar daño), acaso un juego cualquiera de palabras, una seducción de parte
de la gramática o una temeraria generalización de hechos muy reducidos, muy personales, muy humanos,
demasiado humanos. La filosofía de los dogmáticos ha sido, esperémoslo, tan sólo un hacer promesas durante
milenios: como lo fue, en una época aún más antigua, la astrología, en cuyo servicio es posible que se
hayan invertido más trabajo, dinero, perspicacia, paciencia que los invertidos hasta ahora en favor de cualquiera
de las verdaderas ciencias: - a la astrología y a sus pretensiones «sobreterrenales» se debe en Asia y
en Egipto el estilo grandioso de la arquitectura. Parece que todas las cosas grandes, para inscribirse en el
corazón de la humanidad con sus exigencias eternas, tienen que vagar antes sobre la tierra cual monstruosas
y tremebundas figuras grotescas: una de esas figuras grotescas fue la filosofía dogmática, por ejemplo la
doctrina del Vedanta en Asia y en Europa el platonismo. No seamos ingratos con ellas, aunque también
tengamos que admitir que el peor, el más duradero y peligroso de todos los errores ha sido hasta ahora un
error de dogmáticos, a saber, la invención por Platón del espíritu puro y del bien en sí. Sin embargo, ahora
que ese error ha sido superado, ahora que Europa respira aliviada de su
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