Mundo De Sofia

Sofía, una niña en la transición de edad de catorce y quince, quien lleva una vida común y corriente, con una madre que trabaja y un padre dedicado a ser capitán de un barco petrolero. Ella asiste, como cualquier niño de su edad, al instituto y al salir, se dirige a su casa junto con su amiga Jorunn, de quien sólo se sabe que acompañaba a Sofía en su trayecto al hogar. Al llegar, Sofía acostumbra recoger el correo, dejarlo en la mesa y subir a hacer sus deberes. Sin esperarlo, un día como cualquier otro, al abrir el buzón se encuentra con una carta dirigida a ella misma, lo cual le resulta un tanto extraño ya que la única correspondencia que estaba acostumbrada a recibir eran tarjetas de felicitación y navideñas. Con una cierta inseguridad, Sofía abre el pequeño sobre y encuentra un papel del mismo tamaño con una sola pregunta: ¿Quién eres. Sin saber el remitente, ella queda un tanto sorprendida al darse cuenta de lo repentino del suceso y sobre todo del contenido de la nota. Esta pregunta fue un hecho que hizo que Sofía Amundsen cuestionara su propia existencia, lo cual suponemos que era el objetivo del misterioso remitente.

Dentro de este cuestionamiento ella va al espejo y se pregunta ¿quién es? y ¿por qué esta ahí? e incluso llega a preguntarse ¿qué era un ser humano?. Así continuó con las preguntas pasando por el tema de la vida y la muerte sin llegar a un punto en concreto. Siguiendo con las dudas ella decide ir a buscar algo que complementara la primera carta descubriendo en el buzón otro sobre con otra pregunta, esta vez era ¿de dónde viene el mundo?, cuestión que tampoco supo resolver. Con una enorme falta de claridad en todo este asunto, incluyendo el quién había dejado las cartas, nuestra protagonista decide a ir a su escondite personal llamado El Callejón que en realidad era un viejo árbol hueco en donde ella se sentía segura y podía siempre despejar sus dudas o ir a llorar cuando era necesario. Tiempo después de estar en su escondite personal, ella decide ir una vez más al buzón encontrándose con la sorpresa de una tercera carta, esta vez con un destinatario que le llamó la atención: “Hilde Moller Knag c / o Sofía Amundsen” incluyendo su dirección correcta. La diferencia principal fue que era una nota felicitando a Hilde por su decimoquinto cumpleaños disculpándose por enviar la postal a Sofía y argumentando que de ese modo era más fácil; iba firmada por “papá”.

Esta última correspondencia hizo que se sintiera aún más confundida de lo que ya se encontraba y una vez más termina sin respuesta alguna sólo llegando a la conclusión de que éstos eventos estaban de una u otra forma relacionados.

En el transcurso del día siguiente, nuestra protagonista sigue sufriendo una falta de atención en sus deberes cotidianos así como en Jorunn a quien Sofía decide no contarle nada. De regreso a su casa esa misma tarde vuelve

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