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Naturaleza De La Virtud Etica


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  886 Palabras (4 Páginas)  •  1.597 Visitas

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Naturaleza de la virtud ética

En esta obra Aristóteles comienza por dividirnos su concepto de virtud en dos, la dianoética que es aquella que desarrollamos a partir de la experiencia y que se cultiva por la enseñanza, y la ética que proviene de la costumbre. De esto deriva que ninguna de las virtudes éticas pertenece a nosotros por naturaleza sino que tenemos la capacidad de adoptarlas y perfeccionarlas por medio de la costumbre.

Nuestro modo de ser es determinado por nuestras acciones, es necesario entonces indagar en lo que serán las acciones correctas para el cultivo de la virtud. Hemos de actuar conforme a la recta razón, pero acordemos que está en la naturaleza de tales actos destruirse ya sea por exceso o por falta, por lo tanto es necesario buscar un punto medio entre estos dos polos opuestos, hacerse moderado con respecto a los excesos y las faltas es el camino a ser virtuoso.

Las acciones refieren al placer y al dolor, es pues sabido que los hombres se alejan de lo bueno por ser doloroso, los sacrificios personales, y se refugian en lo malo por ser placentero, los vicios. Todo estudio de la virtud está en relación al placer y al dolor, puesto que el que sirva bien de ellos será bueno y el que sirva mal, malo.

Uno podría preguntarse cómo decimos que los hombres han de hacerse justos practicando la justicia puesto que si la practican están ya siendo justos. Es pues no solo el hecho de llevar a cabo una acción sino que habrá de evaluarse en el individuo cierta disposición de hacerla, es decir, en primer lugar si sabe lo que hace; luego, si la elige, y la elige por ella misma; y, en tercer lugar, si la hace con firmeza e inquebrantablemente.

Puesto que son tres las cosas que suceden en el alma, pasiones, facultades y modos de ser, hemos de averiguar a cuál de ellas pertenece la virtud. Las virtudes no son pasiones porque no por ellas se nos llama buenos o malos sino que se nos elogia o censura; las facultades nos son naturales al contrario de las virtudes, de las facultades se dice que nos mueven pero de las virtudes que nos disponen a cierta manera; así pues, si las virtudes no son facultades ni pasiones, solo resta que sean modos de ser.

No toda acción ni toda pasión admiten el término medio, pues hay algunas cuyo solo nombre implica la idea de perversidad, por ejemplo, la malignidad, la desvergüenza, la envidia, por lo tanto no es posible acercarse al punto medio de ellas, siempre se yerra. Igual de incorrecto es creer que la injusticia, la cobardía y el desenfreno hay un término medio, un exceso y un defecto; pues, entonces, habría un término medio del exceso y del defecto, y un exceso del exceso y un defecto del defecto. En esto se yerra de cualquier modo que se actúe; pues, en general, ni existe término medio del exceso y del defecto, ni exceso y defecto del término medio.

Pero nosotros debemos no sólo decirlo en general, sino también

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