Obligatoriedad Moral
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Universidad Autónoma De Chihuahua
Facultad de Contaduría y Administración
Obligatoriedad Moral
Nombre
Luis Joan Meléndez Ramos
Matricula
336294
Materia
Ética
Maestra
Nayeli Marina Moreno Ortiz
4 de mayo de 2020
Obligatoriedad Moral
El Problema de la Obligatoriedad Moral
El problema de la obligatoriedad moral consiste, por un lado, en determinar de dónde proviene el carácter obligatorio de las normas morales; y, por otro, aclarar qué es la obligación moral, cuál es la fuente de la que brota la conciencia del deber, qué estamos obligados a hacer (contenido de lo obligatorio).
Ética heterónoma
Este tipo de ética dice que la fuerza obligatoria se debe a las normas que alguna autoridad exterior haya impuesto, pueden ser por individuos, tradiciones, costumbres o leyes que no tengan nada que ver con la propia persona.
En esta ética los individuos suelen tener un comportamiento sin tener una propia reflexión, así que cualquier cosa la aceptan sin objetar. El verdadero orden ético no deriva de una ley moral individual, sino de la vida del Estado, que es el mismo espíritu absoluto y verdadero, que no reconoce ninguna regla abstracta de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y lo mezquino, de la astucia y el engaño.
Según la ética religiosa, la autoridad, la obligación, proviene de Dios, garante y juez supremo de todo orden moral. Sólo en Dios se encuentra el principio de la obligación moral.
Ética Autónoma
En esta, al contrario de la heterónoma, la voluntad es determinada por uno mismo y no por alguien más. Un comportamiento autónomo es aquel que se rige por sí mismo de acuerdo con una ley universal.
La autonomía no implica solamente obrar en concordancia con la buena voluntad, requiere un trasfondo de libertad que le permita al hombre elegir tanto un buen comportamiento como uno malo.
Según las doctrinas deontológicas, es bueno cumplir una promesa porque cuando se ha hecho tal promesa ha quedado uno obligado a cumplirla por la misma naturaleza del acto, sin tener en cuenta las inclinaciones ni las consecuencias. Cuando se goza de una intuición moral, no cabe ningún género de dudas acerca de lo intuido; uno sabe que hay que portarse bien; que hay que observar las promesas, a menos que una razón de peso exima de su observancia.
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