Origen Del Hombre
Enviado por S_als • 5 de Octubre de 2013 • 1.406 Palabras (6 Páginas) • 307 Visitas
CAPITULO PRIMERO
Pruebas de que el hombre desciende de una
forma inferior
Para afirmar que el hombre es el descendiente modificado de
alguna forma preexistente, es menester averiguar antes si varía
en sí mismo, por poco que sea, en su conformación corporal y
facultades mentales, y, caso de ser así, si las variaciones se
transmiten á su prole siguiendo las leyes que rigen para los
animales inferiores, tales como la de la transmisión de los caracteres
á la misma edad ó sexo. Por lo que podemos juzgar,
dada nuestra ignorancia, ¿son dichas variaciones debidas á las
mismas causas, ó dependen de idénticas leyes que los demás
organismos, por ejemplo, las de correlación, efectos hereditarios
del uso y de la falta de uso, etc? ¿Está sujeto el hombre á
las mismas deformaciones, debidas á cesación de desarrollo,
duplicación de partes, etc; y presenta en sus anomalías alguna
reversión á un tipo de conformación anterior y antiguo? Natural
también es preguntar, si, como tantos otros animales, el
hombre ha dado lugar á variedades y razas tan distintas entre
sí, que deben clasificarse como especies dudosas. ¿De qué modo
estas razas están distribuídas sobre la tierra, y cómo influyen
unas sobre otras, tanto en la primera como en las demás
Carlos R. Darwin - El Origen del Hombre - pág. 7
generaciones, cuando hay entre ellas cruzamientos?
La investigación debería después tratar de dilucidar la importante
cuestión de si el hombre tiende á multiplicarse con
bastante rapidez para que nazcan rigurosas luchas por la vida,
cuyo resultado ha de ser la conservación en la especie de las
variaciones ventajosas del cuerpo y del espíritu, y la consiguiente
eliminación de las que son perjudiciales, Las razas ó
especies humanas, llámeselas como se quiera, ¿se sobreponen
mutuamente y se reemplazan unas á otras hasta el punto de
llegar á extinguirse algunas? La respuesta á todas ó á la mayor
parte de estas preguntas, veremos que, como para los animales
inferiores, debe para la mayoría de esas especies ser evidentemente
afirmativa. Haciendo, por ahora, caso omiso de las consideraciones
que preceden, pasemos á ver hasta qué punto la
conformación corporal del hombre presenta vestigios, más ó
menos claros, de su descendencia de alguna forma inferior. En
los dos capítulos siguientes examinaremos las facultades mentales
del hombre, comparadas con las de los animales que le
son inferiores en la escala zoológica.
Conformación corporal del hombre.
Sabido es de todos que el hombre está constituido sobre el
mismo tipo general ó modelo que los demás mamíferos. Todos
los huesos de su esqueleto son comparables á los huesos correspondientes
de un mono, de un murciélago, ó de una foca.
Lo mismo se puede afirmar de sus músculos, nervios, vasos
sanguíneos y vísceras internas. El cerebro, el más importante
de todos los órganos, sigue la misma ley, como lo han probado
Huxley y otros anatomistas. Bischoff admite también que cada
hendidura principal y cada repliegue del cerebro humano tiene
su análogo en el del orangután; pero añade que los dos cereCarlos
R. Darwin - El Origen del Hombre - pág. 8
bros no concuerdan completamente en ningún período de su
evolución; concordancia que, por otra parte, no puede esperarse,
ya que de verificarse serían iguales las facultades mentales
de ambos. Vulpian hace la observación siguiente: «Las
diferencias reales que existen entre el encéfalo del hombre y el
de los monos superiores, son excesivamente tenues. Sobre este
particular no podemos hacernos ilusiones. Por los caracteres
anatómicos de su cerebro, el hombre se aproxima más á los
monos antropomorfos, que éstos no sólo á ciertos mamíferos,
sino aun á ciertos cuadrumanos, como los macacos." Pero aquí
sería superfluo dar más detalles sobre la correspondencia entre
el hombre y los mamíferos superiores, en lo tocante á la estructura
del cerebro y de todas las demás partes del cuerpo.
Tal vez será útil especificar algunos puntos, que aunque ni
directa ni aparentemente se relacionan con la conformación,
atestiguan claramente esta correspondencia ó parentesco.
El hombre puede tomar de animales inferiores, ó comunicarles
á su vez, enfermedades tales como la rabia, las viruelas,
etc., hecho que prueba la gran similitud de sus tejidos, tanto
en su composición como en su estructura elemental con mucha
más evidencia que la comparación hecha con la ayuda del
microscopio, ó del más minucioso análisis químico. Los monos
están sujetos á muchas de nuestras enfermedades no contagiosas;
Kengger, que ha observado durante mucho tiempo el
Cebus Azarae en su país natal, le ha visto padecer catarros,
con sus ordinarios síntomas, y terminando, cuando con demasiada
frecuencia se repetían, por la tisis. Estos monos sufren
también apoplegías, inflamaciones y cataratas. Los remedios
producen en ellos
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