Origen Del Hombre
Enviado por wuillebaldo • 18 de Noviembre de 2013 • 4.623 Palabras (19 Páginas) • 207 Visitas
PRIMERO LAMARCK
A pesar del gran número de pruebas existentes, la evolución de las especies es una idea que no fue aceptada por el mundo científico hasta el siglo pasado. En 1809 aparece un libro titulado "Filosofía zoológica", que plantea por primera vez una serie de ideas sobre la evolución de las especies, escrito por Jean Baptiste Lamarck.
Según Lamarck, todas las especies existentes están continuamente esforzándose para adaptarse mejor a las condiciones del medio en que viven; como resultado de este esfuerzo, cada especie va desarrollando progresivamente los órganos que más utiliza, mientras que se produce una continua atrofia de los órganos menos utilizados. De esta forma, los caracteres originales van siendo sustituidos lentamente en cada especie por una serie de caracteres adaptativos o adquiridos. En la actualidad, ningún científico acepta la teoría de Lamarck (¡el desarrollo físico de un atleta no es heredable!).
Y LUEGO, DARWIN
El Beagle era un buque de 240 toneladas que, bajo el mando del capitán Fitzroy, zarpó desde Inglaterra en 1831 para realizar un viaje que duraría cinco años, con la finalidad de realizar estudios sobre la longitud exacta de las costas de América del Sur. A bordo del Beagle viajaba un joven naturalista de 22 años llamado Charles Robert Darwin, infatigable observador, que a lo largo de la travesía fue tomando nota de las especies vegetales y animales que encontraba. Sus observaciones más importantes las realizó en un pequeño archipiélago situado a unos mil kilómetros frente a las costas del actual Ecuador, las islas Galápagos, donde Darwin descubrió siete especies diferentes de tortugas gigantes y catorce de pájaros pinzones.
A su regreso a Inglaterra en 1836, Darwin escribió un libro titulado "Viaje de un naturalista a bordo del Beagle", donde narraba todas las observaciones realizadas pero sin sacar conclusiones de las mismas. Leyendo a Lamarck, Malthus y Alfred Wallace, que había publicado recientemente una serie de artículos sobre el tema de la evolución, y elevando a hipótesis las consecuencias de sus descubrimientos, Darwin publicó en 1859 "El origen de las especies", donde admitía claramente que las especies varían y se diversifican dando lugar a otras nuevas, explicando esta variación a través de la "selección natural". Según esta teoría, la población de cada especie tiende a aumentar en progresión geométrica (idea de Malthus), lo que hace que cada vez escasee más el alimento y sea más difícil la vida en comunidad.
Los seres vivos se hallan ante una lucha por la existencia, que se concreta en que sólo los individuos más aptos y más fuertes sobreviven; como éstos son también los que se reproducen con mayor facilidad, los caracteres que transmiten a sus descendientes van siendo mayoritarios. Así, de forma lenta pero continua, la especie va variando, hasta transformarse, incluso, en otra diferente.
LA SINTESIS DEL NEODARWINISMO
La teoría de Darwin había supuesto un claro avance sobre la hipótesis de Lamarck, pero presentaba una serie de puntos oscuros en cuanto a la transmisión de las características adaptativas de la especie. Casi al mismo tiempo que Darwin publicaba su libro, el monje moravo Gregor Mendel realizaba una serie de experimentos a partir de los cuales formuló unas leyes que sentaban las bases para el estudio de la transmisión de los caracteres hereditarios.
Las leyes de Mendel, aceptadas en la actualidad por todos los científicos, fueron publicadas en 1866, aunque pasaron desapercibidas hasta 1900 cuando el holandés Hugo de Vries las redescubrió. Según propuso de Vries, y posteriormente el danés Wilhelm Johannsen, dentro de una población podían tener lugar dos clases de variaciones: las modificaciones, debidas a factores ambientales, que no se transmitían de padres a hijos, y las mutaciones, de carácter más profundo y no debidas al ambiente, que se transmitían por herencia de unas generaciones a otras. Para de Vries, solamente las mutaciones podrían dar lugar a la evolución, desechando la teoría de la selección natural propuesta por Darwin como auténtico motor del cambio evolutivo.
Las teorías de Mendel y de Vries fueron firmemente apoyadas cuando en 1926, el biólogo norteamericano Thomas Morgan publicó el libro "La teoría de los genes": cada una de estas unidades hereditarias era portadora de una determinada característica que se transmitía sin modificaciones, a no ser que existiese una mutación que cambiase la estructura de algún gen en particular. Hacia 1930, un grupo de científicos abordó un estudio de poblaciones desde un punto de vista genético, coincidiendo en formular una teoría de la evolución que suponía un intermedio entre la teoría de las mutaciones de de Vries y la teoría de la selección natural de Darwin, razón por la cual se la conoce como teoría Sintética o Neodarwinismo.
El Neodarwinismo propone que las mutaciones y la selección natural son procesos complementarios entre sí, pero ninguno de los dos, por separado, es capaz de producir un desarrollo evolutivo. Los individuos de una población están expuestos a una serie de mutaciones que se producen al azar; dentro de ellas, existirán algunas que produzcan modificaciones gracias a las cuales el individuo se adaptará mejor al ambiente en que vive, mientras que otras mutaciones introducirán variaciones perjudiciales para el individuo. En ambos casos actuará el mecanismo de la selección natural, mediante el cual los individuos que, gracias a las mutaciones producidas, se adapten mejor al medio, serán también los que mejor se reproduzcan; por el contrario, y de forma lenta, aquellos individuos que tras las mutaciones quedaron peor adaptados, irán desapareciendo de la población.
En general, las mutaciones que se producen en los individuos de una población son micromutaciones que producen efectos muy leves, por lo que los cambios producidos en la población son siempre graduales, necesitándose miles de años para que el proceso evolutivo llegue a dar especies significativamente diferentes de aquellas de las que proceden. Se puede, por tanto, resumir que es la selección natural propuesta por Darwin la que dirige el proceso evolutivo, ya que atenúa o acentúa los efectos que al azar producen las mutaciones en los individuos que forman una población, haciendo que de forma paulatina y sobre la base de esta variabilidad individual, la población se modifique, originando en su seno el nacimiento continuo de nuevas especies.
El Neodarwinismo es una teoría aceptada casi generalmente por toda la comunidad científica, si bien han surgido ciertas tendencias que intentan modificarla en partes muy concretas, pero siempre modificaciones mínimas; de una forma u otra, los científicos admiten como
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