PARA UN AMIGO ENFERMO

Mi apreciado amigo:

En la encrucijada de vida en que te encuentras, vencida la ciencia e incapaces como somos para aliviar tus dolores, me queda solo reflexionar en ti y tu andar por este mundo. Atorado en el recuerdo de tus charlas me pregunto: ¿Cuáles serían las diez virtudes más importantes de tu vida?, desde mi perspectiva y con el recuerdo de mejores tiempos, pienso que estas son las que te adornan:

• Empático, paciente, resiliente, consciente de tus actos y responsable de ellos, generoso y solidario hasta el límite del sacrificio, leal, magnánimo al perdonar a quienes te ofendemos, perseverante en la lucha por recuperar el amor de los que tu amas, optimista, con un contagioso sentido del humor, con la grandeza de los que son sencillos de corazón y trato, respetuoso, alegre… y seguramente un largo etcétera.

¿DIJE DIEZ?... los que hemos compartido contigo profesión, vida, comida y bebida te extrañamos, nos duele verte así, y dado que solo nos queda el camino de la FE, permite que sea por ti esta oración:

PADRE DIOS

Humildemente te ruego que le hables, como le habla el Padre a su hijo amado; que derrames sobre Pancho la gracia del Espíritu Santo para que el calor de tu amor sanador penetre en lo más íntimo de su corazón; Tú que conoces sus miedos y esperanzas tómalo de su mano y confórtale en estos momentos de tribulación; que esta enfermedad que ha llenado de fragilidad su vida le haga sentir tu presencia y – confiado en tu misericordia – se refugie en Ti para que se cumpla en él tu voluntad.

Tu Señor lo puedes todo; en el nombre de tu Hijo amado, te pido humildemente que le devuelvas la salud; pero sin otros tus designios, te ruego que le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

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